El martes de la semana pasada pasé el reconocimiento médico de la empresa, es algo que no todos los años nos hacen, la mitad de las veces se les olvida pedir día, pero que a mí particularmente me viene genial.
En parte como dice Beatriz, "así te dan en mano los análisis y no tienes que ir a buscarlos..." Se debe referir a unos que mi doctora me mandó hace casi un año y los resultados deben estar en su consulta. Luego veré los resultados de estos y con las mismas iré a verla por el colesterol y los triglicéridos. Me pondrá una dieta me mandará más análisis y yo la haré el mismo caso de siempre... La historia de mi vida, una mujer se desvive por mí y yo la pago con indiferencia... ¿O era al revés? Ya ni me acuerdo.
Uno de los momentos claves en el reconocimiento llega cuando te pesan, el año pasado me cantaba la enfermera el resultado y yo muy enfadado la comenté que así no se pesa, que me dejará quedarme en porretas porque la ropa pesa mucho... Evidentemente no me dejo hacerlo y su cara era todo un poema. En verdad siempre te clavan unos kilos de más, que uno está fuerte sí, pero no es un obeso... El otro día me llevé una alegría el resultado de esta vez difería unos diez kilos de la del año pasado, ni que decir tiene que esta vez no la amenace con quedarme tal cual vine al mundo.
El rollo del reconocimiento es todos los cuestionarios que te hacen rellenar, año tras año, "si soy el mismo de hace un año por qué repetir preguntas y respuestas", nada hay que hacerlo. Luego la doctora vuelve a hacerte un tercer grado a pesar del cuestionario anterior, todos los años son las mismas preguntas pero a veces te sorprenden. Este año la de "toma regularmente drogas" me dejó un poco descolocado... Tardé unos segundos en responder "No", pero claro esa incertidumbre consiguió que la doctora me mirará por encima de las gafas "por supuesto que No", siguió a lo suyo.
Lo suyo básicamente es auscultar, ponerme a hacer equilibrios, comprobar reflejos... Es increíble a mí que una mujer me pida que me desnude es algo ¡bufff! imagino que me entendéis, todos los sistemas periféricos se te ponen en guardia, en cambio me lo dice la doctora y es como si me llevara al matadero, tardé un siglo en quitarme la camiseta y enseguida estaba ella con su fonendoscopio (ya acojona el nombre), que digo yo ¿Necesitara de verdad tanto tiempo para oír ahí dentro? ¿Esta regodeándose en mi mal rato? Siempre me digo esta vez no, esta vez no me va a poner nervioso... Esta vez, también y venga a sudar de puros nervios, "Su sudoración ¿es siempre tan excesiva?" "No, solo cuando me toca usted."
Usted, esa es otra, llamar de usted a una mujer que te tiene semidesnudo y te está toqueteando no es algo que a mí me llene de satisfacción, más bien me frustra cantidad.
Llega el momento de comprobar si tienes varices, "bájese los pantalones" sin duda una frase que saliendo de la boca indicada conseguiría bajar la presión sanguínea del más pintado de la cabeza a otros sistemas periféricos... Nada la cabeza como un bombo, otro buen rato para bajarme los vaqueros, en esas adoptando la posición del pingüino me tuvo con los ojos cerrados para comprobar mi equilibrio... ¡Dios! esto ya es de manual de la Gestapo, así como va a comprobar mi equilibrio si estoy dando botes hasta el techo.
La enfermera es otra cosa, su función además de pesarme, vestido pero pesarme, es ver que tal andas de visión y sacarte la sangre... La vista bien, tengo algún problema con los colores, pero es normal os acordáis de esos "cuadros" de puntos de colores en los que tenías que ver "figuras", a mí me aburrían cantidad y claro me pone algo parecido para distinguir números y el primero vale, en el segundo le digo "venga ya ahí no hay na", de esta forma me ahorro otros tres, ¡soy un genio!
El peor momento sin duda lo de la sangre, tengo un pánico atroz a las agujas, puedo ver la sangre de otros y la mía no la soporto, así que con estas premisas es fácil que dé el espectáculo... La avisó de mis neuras, "quieres tumbarte en la camilla", bueno esta frase y saliendo de su boca ya me motivaba algo más, así que reaccione como cualquiera "No (muñeca) intentaré sobrevivir con dignidad y sentado". Este año ni lo noté, "ves como no ha sido para tanto", genial una enfermera tratándome como a un niño una fantasía hecha realidad, reconozco que estuve a punto de preguntarla cuándo me daría los polvos de talco... Pero soy muy tímido y me quedé con las ganas, nada tendré que contentarme con ver "Anatomía de Grey" y fantasear que Izzie me cuida...
Un saludo.
En parte como dice Beatriz, "así te dan en mano los análisis y no tienes que ir a buscarlos..." Se debe referir a unos que mi doctora me mandó hace casi un año y los resultados deben estar en su consulta. Luego veré los resultados de estos y con las mismas iré a verla por el colesterol y los triglicéridos. Me pondrá una dieta me mandará más análisis y yo la haré el mismo caso de siempre... La historia de mi vida, una mujer se desvive por mí y yo la pago con indiferencia... ¿O era al revés? Ya ni me acuerdo.
Uno de los momentos claves en el reconocimiento llega cuando te pesan, el año pasado me cantaba la enfermera el resultado y yo muy enfadado la comenté que así no se pesa, que me dejará quedarme en porretas porque la ropa pesa mucho... Evidentemente no me dejo hacerlo y su cara era todo un poema. En verdad siempre te clavan unos kilos de más, que uno está fuerte sí, pero no es un obeso... El otro día me llevé una alegría el resultado de esta vez difería unos diez kilos de la del año pasado, ni que decir tiene que esta vez no la amenace con quedarme tal cual vine al mundo.
El rollo del reconocimiento es todos los cuestionarios que te hacen rellenar, año tras año, "si soy el mismo de hace un año por qué repetir preguntas y respuestas", nada hay que hacerlo. Luego la doctora vuelve a hacerte un tercer grado a pesar del cuestionario anterior, todos los años son las mismas preguntas pero a veces te sorprenden. Este año la de "toma regularmente drogas" me dejó un poco descolocado... Tardé unos segundos en responder "No", pero claro esa incertidumbre consiguió que la doctora me mirará por encima de las gafas "por supuesto que No", siguió a lo suyo.
Lo suyo básicamente es auscultar, ponerme a hacer equilibrios, comprobar reflejos... Es increíble a mí que una mujer me pida que me desnude es algo ¡bufff! imagino que me entendéis, todos los sistemas periféricos se te ponen en guardia, en cambio me lo dice la doctora y es como si me llevara al matadero, tardé un siglo en quitarme la camiseta y enseguida estaba ella con su fonendoscopio (ya acojona el nombre), que digo yo ¿Necesitara de verdad tanto tiempo para oír ahí dentro? ¿Esta regodeándose en mi mal rato? Siempre me digo esta vez no, esta vez no me va a poner nervioso... Esta vez, también y venga a sudar de puros nervios, "Su sudoración ¿es siempre tan excesiva?" "No, solo cuando me toca usted."
Usted, esa es otra, llamar de usted a una mujer que te tiene semidesnudo y te está toqueteando no es algo que a mí me llene de satisfacción, más bien me frustra cantidad.
Llega el momento de comprobar si tienes varices, "bájese los pantalones" sin duda una frase que saliendo de la boca indicada conseguiría bajar la presión sanguínea del más pintado de la cabeza a otros sistemas periféricos... Nada la cabeza como un bombo, otro buen rato para bajarme los vaqueros, en esas adoptando la posición del pingüino me tuvo con los ojos cerrados para comprobar mi equilibrio... ¡Dios! esto ya es de manual de la Gestapo, así como va a comprobar mi equilibrio si estoy dando botes hasta el techo.
La enfermera es otra cosa, su función además de pesarme, vestido pero pesarme, es ver que tal andas de visión y sacarte la sangre... La vista bien, tengo algún problema con los colores, pero es normal os acordáis de esos "cuadros" de puntos de colores en los que tenías que ver "figuras", a mí me aburrían cantidad y claro me pone algo parecido para distinguir números y el primero vale, en el segundo le digo "venga ya ahí no hay na", de esta forma me ahorro otros tres, ¡soy un genio!
El peor momento sin duda lo de la sangre, tengo un pánico atroz a las agujas, puedo ver la sangre de otros y la mía no la soporto, así que con estas premisas es fácil que dé el espectáculo... La avisó de mis neuras, "quieres tumbarte en la camilla", bueno esta frase y saliendo de su boca ya me motivaba algo más, así que reaccione como cualquiera "No (muñeca) intentaré sobrevivir con dignidad y sentado". Este año ni lo noté, "ves como no ha sido para tanto", genial una enfermera tratándome como a un niño una fantasía hecha realidad, reconozco que estuve a punto de preguntarla cuándo me daría los polvos de talco... Pero soy muy tímido y me quedé con las ganas, nada tendré que contentarme con ver "Anatomía de Grey" y fantasear que Izzie me cuida...
Un saludo.