Os tengo que contar el fin de semana, como dice la entrada intenso, así que sin más dilación los hechos.
Sábado de mudanza
El fin de semana ha sido intenso, me estoy haciendo mayor lo confieso, las mudanzas me superan con creces y a mis amigos también.
Gabi ya comentó que justo el día que hago la próxima no estará en Madrid, que tío más listo ¿cómo sabrá el día de la próxima?
Eso por no hablar del bueno de Fran que tiene una depresión de caballo, el motivo, bien simple, ha dejado en el guardamuebles de Uceda una nevera a la que ha traído y llevado unas cuatro veces en los últimos años... Y claro eso le ha roto el corazón, el pobre es un sentimental y se lo toma todo muy a pecho, tanto que se nos va al desierto a buscar sentido a su vida...
Mientras Mar me apunta con el dedo acusador, "tú tienes la culpa, ¡qué manía de no echar raíces", ella ve como su pareja se adentra en el desierto, ella se preocupa pues Fran tiene la piel muy delicada y claro las temperaturas del desierto ya se sabe...
Al mismo tiempo Beatriz y Marcos, siempre muy puntuales, llegan con media casa vacía y llenos de dudas, de la puntualidad la culpa la tiene una obra en la M-40, sus dudas ella pensando "¿porqué le hice de chófer?" y el piensa "si yo solo viaje al Báltico"...
Claro que alguno lo lleva bastante mejor, es el caso de Jaime "el media mudanza", el tipo no sabe por dónde se echa la gasolina a la furgoneta y claro no era plan de quedarse sin combustible a mitad de camino...
Amigos gracias por vuestra colaboración, ya os comenté que la próxima la harán profesionales, con su tarjeta de transportes en regla, así que poneros al día pagar impuestos, constituir la empresa que vuestro amigo no os va a engañar con una empresa cualquiera. No me deis las gracias, dónde voy a encontrar mejores y más económicos trabajadores.
Domingo de carrera
El domingo teníamos Paracuellos, carrera que descubrimos el año pasado y nos tiene conquistados. En esta edición la marea naranja tenía una nutrida representación, Beatriz, Ángel, Jaime, Isaac, nuestro buen amigo Jorge y lo que quedaba de mi persona. Marcos y el Churri con problemas físicos no asistieron a la cita.La marea naranja se enfrentó a las inclemencias del domingo, lluvia y frío, algo de granizo acompaño a los del Nunca y a otros 1149 valientes, entre los que se encontraba Tecolinha a la que pudimos saludar en la recogida de los dorsales y por desgracia no volvimos a ver. Las bajas de nuestros compañeros lesionados dejaban a Beatriz sin compañía y entre su estado de forma y el día que nos hacía veía que además de pasarlo mal había probabilidades reales de abandono. Si a eso le unimos que tenía encima un cansancio inenarrable no fue difícil tomar la decisión de acompañarla. Me alegro de haber tomado esa decisión pues tuvo un momento un poco malo y no me hubiera perdonado dejarla sola.A mitad del recorrido Laura y Zak, empapados animándonos y corriendo unos metros con nosotros, fue una ayuda impagable que nos dio alas, bueno las justas para terminar y con una sonrisa.De nuevo los voluntarios de 10 en todo el recorrido con la que caía, casi al final uno que nos aplaudía y nos decía "nunca correréis solos, nunca", en fin ese fue para mí un momento alucinante.Es increíble incluso estando jodido un@ siempre tiene un puntito competitivo que habría que estudiar, a Beatriz le dio con un compañero de fatigas que a ratos andando, a ratos corriendo nos mantenía a raya, "no me creo que andando nos vaya a ganar", así que apretó los dientes y ya antes de entrar en la pista nos sacaba poco más de cien metros, Beatriz desistió de su "pique" pero yo a modo de homenaje por haber sacado ese puntito competitivo me marqué un sprint como en toda mi vida, lo siento José ya sé que sienta mal que te adelante en meta un pájaro corriendo como si se tratase de los cien metros lisos...
Domingo de comida familiar
No solo de correr vive el hombre, al menos yo no, si fuera así ¿creéis de verdad que tendría este tipo que gasto? El domingo se celebró el cumpleaños de Pilar, la madre de mis hermanas Vicente y tuve el privilegio y el gran honor de ser invitado a la comida de celebración. Felicidades de nuevo Pilar.
No os pondré los dientes largos... Bueno qué demonios para un día que como de lujo, unos entrantes incluyendo chorizo del pueblo, unos chipirones que me quitaron el sentido (y no me gusta el pescado), un pato del pueblo que según cuentan llegó a pesar siete kilos... En fin aún estoy haciendo la digestión.
Para terminar el domingo y como ya tenemos callo, a bajar un mueble y cargarlo en la furgoneta de Gabi, vaya lo normal de un fin de semana.
Domingo de fútbol
Un domingo que se precie no puede terminar sin fútbol, claro que alguno pensará normal el clásico es algo que uno no se puede perder... ¡Ilusos! Del clásico solo vi los quince últimos minutos en un bar en los bajos del Calderón, sí habéis leído bien el Calderón...
Aunque tenía dudas de mi influencia en los malos resultados del equipo por mi presencia en ellos, o de mi influencia en el único buen resultado por mi no presencia, arriesgué y allí me planté. Casi en familia y con un frío que para qué contaros vi el triunfo de mi equipo con goleada incluida, no se puede terminar mejor un fin de semana.
Y esto, esto es todo amig@s, mañana ya os cuento otras historias.
Un saludo.