Ya bien cumplida la primera semana de la vuelta a correr y hay de todo como en botica, y es así, coger la rutina no iba a ser sencillo, pero vamos tomando el pulso, poco a poco, es cierto que ayuda y mucho ver que cada día que sales los tiempos son mejores, las sensaciones aún siguen sin bien dispares, a veces me cuesta salir y es dar las primeras zancadas y ya estoy en otras cosas, otras salgo sin hacer un gran esfuerzo y tardo en coger ritmo y en dar vueltas a otras cosas en mi cabeza... El mejor momento de correr es cuando consigues que tu cabeza esté en otra parte, es tu cuerpo el que corre, el corazón se pone al ritmo de tus pies y la respiración entrecortada es la mejor banda sonora para esos pensamientos...
Es en ese momento casi perfecto cuando piensas que todo lo malo tiene solución y que quizás lo estemos exagerando, claro que mi estado casi comatoso al estar de vuelta a casa contradice ese optimismo exacerbado, pero quien soy yo para discutir con los Monty Python y mostrar disconformidad alguna con este pasaje de la "Vida de Bryan" ¿quién soy yo?...