1937, es el dorsal que me tocó en suerte en la Media Maratón de Getafe del domingo. Al mismo tiempo es el año de nacimiento del joven que me ha cogido la mochila en el ropero. Joven que me ha comentado la coincidencia, le dije que esperaba que ese capricho del destino me diese suerte, yo creo que lo hizo.
Llegué muy temprano a Getafe, no os lo puedo negar no dormí del tirón y tuve una pesadilla en la que me perdía por Getafe... La de veces que habré ido ya a Getafe, entre las visitas a mi hermano Alberto y eventos deportivos varios debería conocerlo como a la palma de mi mano. No soy de los que hacen mucho ni poco caso a los sueños, sobre todo a los que tengo dormido. Aún así adelanté la salida y eso me ayudó a conseguir un aparcamiento bastante cerca del polideportivo de la salida y meta de la carrera.
Al primero que me encuentro en la recogida de dorsales es a Juanele y sus compañeros del Club de Atletismo Alovera, una vez en posesión del dorsal y el chip nos vamos a tomar un café. En el bar una camarera tuvo que aguantar a Juanele, "lo siento preciosa yo a ese tío no le he visto en mi vida..." Les dejo con su preparación para la carrera y después de desearles suerte a tod@s me voy al encuentro con mis compañeros del Nunca. El primero en aparecer Ángel y no mucho más tarde aparecen Saturnino, Sonia y Ángeles. También con nosotros está ya Jaime, el bueno de Gaviotus para los íntimos. Subimos al bar del polideportivo donde han quedado un grupo de corredores-blogeros ¡qué vicios se gasta la gente! Ya habíamos divisado a Mauri que al poco nos acompaña en la grada, allí nos cambiamos, Ángel nos pide el planning de eventos futuros discutidos en la comida del sábado, Satur y yo contraatacamos y le pedimos el de las onomásticas familiares antes de poner en el tapete ninguna aventura... En definitiva risas y buen rollo antes de empezar lo duro. Aquí abajo la representación del Nunca en la Media de Getafe, no he podido ni esperar a que me manden la foto así que la he tomado prestada del blog de Sonia. Perdona por el hurto preciosa...
Llegué muy temprano a Getafe, no os lo puedo negar no dormí del tirón y tuve una pesadilla en la que me perdía por Getafe... La de veces que habré ido ya a Getafe, entre las visitas a mi hermano Alberto y eventos deportivos varios debería conocerlo como a la palma de mi mano. No soy de los que hacen mucho ni poco caso a los sueños, sobre todo a los que tengo dormido. Aún así adelanté la salida y eso me ayudó a conseguir un aparcamiento bastante cerca del polideportivo de la salida y meta de la carrera.
Al primero que me encuentro en la recogida de dorsales es a Juanele y sus compañeros del Club de Atletismo Alovera, una vez en posesión del dorsal y el chip nos vamos a tomar un café. En el bar una camarera tuvo que aguantar a Juanele, "lo siento preciosa yo a ese tío no le he visto en mi vida..." Les dejo con su preparación para la carrera y después de desearles suerte a tod@s me voy al encuentro con mis compañeros del Nunca. El primero en aparecer Ángel y no mucho más tarde aparecen Saturnino, Sonia y Ángeles. También con nosotros está ya Jaime, el bueno de Gaviotus para los íntimos. Subimos al bar del polideportivo donde han quedado un grupo de corredores-blogeros ¡qué vicios se gasta la gente! Ya habíamos divisado a Mauri que al poco nos acompaña en la grada, allí nos cambiamos, Ángel nos pide el planning de eventos futuros discutidos en la comida del sábado, Satur y yo contraatacamos y le pedimos el de las onomásticas familiares antes de poner en el tapete ninguna aventura... En definitiva risas y buen rollo antes de empezar lo duro. Aquí abajo la representación del Nunca en la Media de Getafe, no he podido ni esperar a que me manden la foto así que la he tomado prestada del blog de Sonia. Perdona por el hurto preciosa...
Estando en la grada distingo a mi izquierda una figura conocida, es el amigo Pablo que ya de lejos le ves que está fino, fino, con su camiseta del Suanzes y poniéndose el dorsal. Me acerco a saludarle, charlamos un rato y nos deseamos suerte, más adelante en la carrera nos volveremos a ver.
La hora de la verdad se acerca, el tiempo parece que nos va a acompañar y en el ropero me encuentro con el joven cuyo año de nacimiento coincide con mi dorsal. Son estos pequeños detalles, quizás insignificantes para la mayoría los que a mí me sirven para motivarme un poco más. Nos vamos a calentar todos los del Nunca un poco al trote. Pasamos por lo poco que deja de acera el arco de salida y allí tengo un pequeño accidente...
Como bien subrayó Saturnino, Ángel pidió disculpas... Abría el camino y avisó de la existencia de una cuerda, yo le seguía la vi y por azares de la vida no levanté suficientemente la pierna al pasar ¡al suelo todo lo corto que soy! Rasponazo con el bordillo y un golpe en la espinilla para empezar. Según parece, Ángel debió tocar la cuerda y subió un poco, lo suficiente para que yo no la pasara. No te preocupes Ángel aunque no la hubieras tocado el menda se la habría tragado igual, las carreras de obstáculos no son lo mío, bueno y sin ellos tampoco la verdad.
Nos colocamos en posición y ya se ve claro que hacemos grupitos, Ángel, Mauri y Saturnino van a ser la cabecera de la marea naranja, les seguiremos Jaime y el que suscribe y por detrás cerrará la comitiva Sonia con algunos compañeros de blogs para que no nos descolguemos ninguno. Pistoletazo de salida y empezamos lo serio. Yo empiezo los primeros kilómetros con Jaime, en algún momento hasta pasado el kilómetro dos vamos casi a la par con el trío cabecero, a partir del tres les vemos abrir brecha. Yo a Jaime le aguanto hasta el kilómetro ocho, en el diez ya me saca algo más de veinte segundos. Llevo un buen ritmo poco menos de cinco minutos el kilómetro, a esas alturas veo por primera vez a Pablo al que paso y saludo, él no quiere forzar lleva un ritmo constante, le aviso que me pasara él un poco más adelante. Tras la primera vuelta veo a Quique le saludo, está haciendo fotos y animando, con gente así da gusto, impulso positivo para seguir corriendo. Un poco más adelante es Ángeles la que me grita y anima, no sí se han empeñado en impulsarme, lo mismo hasta me sale bien. Es a partir del trece cuando soy consciente que voy a sufrir los últimos kilómetros si quiero bajar de la hora cincuenta como vaticinaba mi hermano Alberto. Me dosifico, quiero hacer bueno el pronóstico y mi sueño despierto de rozar la hora cuarenta y cinco no es factible. Creo que antes del kilómetro dieciséis, no iba para recordar muchos datos, me pasa Pablo, no le saludo para no parar su ritmo, está preparando Sevilla y eso es muy serio, va genial por cierto. Paso por segunda vez delante de la casa de mi hermano y mi cuñada Juani me grita desde la ventana ¡¡cuñadaaaaaaaa!! Otro impulso para lo que me queda, estoy encantado. Siempre hay algún momento malo, el mío fue al pasar por el kilómetro diecinueve. Cuando voy con buenas sensaciones no miro mucho el juguetito, pensaba que me tocaba pasar por el veinte ¡¡diosssssssss aún me quedan dos!!
La cabeza en ese kilómetro solo hacía run-run-run y no me dejaba tranquilo, menos mal que un kilómetro son mil metros y sinceramente el veinte tardó pero llegó. Miré el crono y me dije: "aprieta el culo que no llegas", no tenía mucho dentro pero apreté las posaderas y bajé de la hora cincuenta, los fríos datos:
La hora de la verdad se acerca, el tiempo parece que nos va a acompañar y en el ropero me encuentro con el joven cuyo año de nacimiento coincide con mi dorsal. Son estos pequeños detalles, quizás insignificantes para la mayoría los que a mí me sirven para motivarme un poco más. Nos vamos a calentar todos los del Nunca un poco al trote. Pasamos por lo poco que deja de acera el arco de salida y allí tengo un pequeño accidente...
Como bien subrayó Saturnino, Ángel pidió disculpas... Abría el camino y avisó de la existencia de una cuerda, yo le seguía la vi y por azares de la vida no levanté suficientemente la pierna al pasar ¡al suelo todo lo corto que soy! Rasponazo con el bordillo y un golpe en la espinilla para empezar. Según parece, Ángel debió tocar la cuerda y subió un poco, lo suficiente para que yo no la pasara. No te preocupes Ángel aunque no la hubieras tocado el menda se la habría tragado igual, las carreras de obstáculos no son lo mío, bueno y sin ellos tampoco la verdad.
Nos colocamos en posición y ya se ve claro que hacemos grupitos, Ángel, Mauri y Saturnino van a ser la cabecera de la marea naranja, les seguiremos Jaime y el que suscribe y por detrás cerrará la comitiva Sonia con algunos compañeros de blogs para que no nos descolguemos ninguno. Pistoletazo de salida y empezamos lo serio. Yo empiezo los primeros kilómetros con Jaime, en algún momento hasta pasado el kilómetro dos vamos casi a la par con el trío cabecero, a partir del tres les vemos abrir brecha. Yo a Jaime le aguanto hasta el kilómetro ocho, en el diez ya me saca algo más de veinte segundos. Llevo un buen ritmo poco menos de cinco minutos el kilómetro, a esas alturas veo por primera vez a Pablo al que paso y saludo, él no quiere forzar lleva un ritmo constante, le aviso que me pasara él un poco más adelante. Tras la primera vuelta veo a Quique le saludo, está haciendo fotos y animando, con gente así da gusto, impulso positivo para seguir corriendo. Un poco más adelante es Ángeles la que me grita y anima, no sí se han empeñado en impulsarme, lo mismo hasta me sale bien. Es a partir del trece cuando soy consciente que voy a sufrir los últimos kilómetros si quiero bajar de la hora cincuenta como vaticinaba mi hermano Alberto. Me dosifico, quiero hacer bueno el pronóstico y mi sueño despierto de rozar la hora cuarenta y cinco no es factible. Creo que antes del kilómetro dieciséis, no iba para recordar muchos datos, me pasa Pablo, no le saludo para no parar su ritmo, está preparando Sevilla y eso es muy serio, va genial por cierto. Paso por segunda vez delante de la casa de mi hermano y mi cuñada Juani me grita desde la ventana ¡¡cuñadaaaaaaaa!! Otro impulso para lo que me queda, estoy encantado. Siempre hay algún momento malo, el mío fue al pasar por el kilómetro diecinueve. Cuando voy con buenas sensaciones no miro mucho el juguetito, pensaba que me tocaba pasar por el veinte ¡¡diosssssssss aún me quedan dos!!
La cabeza en ese kilómetro solo hacía run-run-run y no me dejaba tranquilo, menos mal que un kilómetro son mil metros y sinceramente el veinte tardó pero llegó. Miré el crono y me dije: "aprieta el culo que no llegas", no tenía mucho dentro pero apreté las posaderas y bajé de la hora cincuenta, los fríos datos:
Pto Gral: 2075 \ Tiempo oficial: 01h49'46" \ Tiempo real: 01h48'35" \ Ritmo: 5'09"
En fin de momento de las dos carreras de este mes de enero saco conclusiones muy positivas. Buenas sensaciones en las piernas que agradecen que vaya perdiendo sobrecarga. Unos resultados buenos sin haber entrenado apenas, lo que me anima a hacerlo para seguir en el camino de lograr los objetivos que me he marcado. Y por supuesto que correr rodeado de amigos es lo mejor que me puede pasar. En febrero creo que no correré ninguna carrera, lo dedicaré a entrenar, pero eso ya os lo contaré.
Un saludo.
Un saludo.