He estado estos días dándole vueltas al título y contenido de la crónica de mi intentona de completar los 100 en 24 horas de Corricolari.
He pasado por muchos títulos distintos: "Fracaso mayúsculo", "El calor me aplastó", "No le encuentro la gracia", "Si lo sé no vengo", "¿Por qué no usé el cerebro?", "Estuvo bien intentarlo"... hasta llegar a "Mis ángeles de la guarda", ha sido un largo camino más que el realizado por mí en la prueba que nos ocupa, los continuos cambios de estado de ánimo han contribuido a ello.
"Fracaso mayúsculo"
Creo que el tiempo y la perspectiva me han dado un poco más de objetividad, incluso pienso que unos días más harán que lo vea todo con más claridad.
No recuerdo donde leí "Fracaso es no haberlo intentado", o algo parecido. Estoy bastante de acuerdo con ese eslogan, así que lo desestimé bastante pronto, claro que con la inestimable ayuda de mis ángeles de la guarda.
"El calor me aplastó"
Apuntarse a una marcha-carrera en pleno mes de Junio en Madrid, que tiene su salida a las 12:00, conlleva aceptar que el calor no es una opción, es una realidad. No puede servir de pretexto y colocarlo sin más en el centro de la crónica, sería demasiado fácil. A pesar del comunicado de la organización en el que hoy nos informan que la temperatura llegó a los 41º y 42º en algunos puntos del recorrido.
"No le encuentro la gracia"
Los primeros 35 kilómetros de la prueba son feos, para qué andar con medias tintas, muy feos. Por eso me tiré gran parte del tiempo pensando dónde iba a estar la gracia de esta ruta. El paso paralelos a unas vías de tren fueron la puntilla para esta sensación. De todos modos teniendo el plano del recorrido con tanta antelación y conociendo un poco la zona, hablar de la ausencia de gracia del mismo no se sostiene.
"Si lo sé no vengo"
En el comunicado del que os he hablado antes, la organización pide disculpas por algunos errores, lamenta el tono de las quejas de algunos participantes, echan mano de historia al contar que tienen un bagaje de éxito anterior y justifican la extraordinaria complicación que tiene organizar un evento de esta magnitud.
A mí personalmente no me sorprendió el nivel de la organización, contaba con que iba a ser de perfil bajo, no me parece sorprendente que el agua esté caliente con las condiciones que se dieron. Me parece más grave que no llegara a todo el mundo, me parece un poco más criticable la poca asistencia de voluntarios en puntos clave del recorrido e incluso peor aún que para abandonar la prueba no sea necesario notificarlo a la organización, te vas y punto. Aún así sabía donde me metía.
"¿Por qué no usé el cerebro?"
El calor y el sol del verano son enemigos míos, mi piel más cercana a la de un albino y mi propensión a sudar al mínimo esfuerzo son condicionantes que conozco de sobra. Son cuarenta años de vida compartida y ya debería contar con ellos para todo lo que hago. Usando un poco eso que llamamos cerebro quizás no habría actuado sin pensar en ellos... claro que como bien me repite Beatriz una y otra vez "para usar el cerebro deberías tenerlo".
"Estuvo bien intentarlo"
No se puede negar que el intento ha estado bien, está bien poder reflexionar sobre las decisiones tomadas y que no volverás a tomar, bueno, si has conseguido aprender algo claro. Comprobar los límites de uno mismo es algo que se debería hacer con más asiduidad.
Estuvo muy bien intentarlo con tan buena compañía, el gigante Ángel, nuestro irreductible Saturnino, mi hermano Alberto y el gran Fernando del G5, acompañantes de primer nivel. Faltó algún otro que por motivos ajenos a su voluntad no pudo asistir como el bueno de Fran y su rodilla, o los hermanos Aguilar siempre presentes en los corrillos del día.
"Mis ángeles de la guarda"
En alguna ocasión ya lo he comentado, no tengo ninguna posesión material digna de envidia, pero tengo la enorme fortuna de disfrutar de la amistad de gente que vale su peso en oro.
Mi amigo Pablo desde Huelva la noche antes de partir al gran reto ya me estaba cuidando "tápate no cojas frío, tú deja que se vayan Saturnino y el resto de colgaos ¡qué carajote! cómo vais a correr con esas temperaturas" por la mañana antes de empezar mensaje de ánimo y saludos para el resto de compañeros, gracias.
Mis cuatro acompañantes, siempre atentos a cualquier signo de fatiga insuflando energía, dispuestos a dar pausa cuando tu euforia te lleva equivocado, con risas y estribillos como aquel "esta noche dormimos en casa" en fin ¡qué difícil! hubiera sido afrontar esto sin vosotros, gracias.
Óscar, del Grupo Salvaje del Zoco, por la mañana perdido intentando encontrarnos entre Colmenar y el embalse de Santillana, por la noche apareciendo por el camino desde Tres Cantos, con la camiseta del Nunca y un paraguas por si la amenaza de tormenta iba en serio, en el momento en que mi cuerpo y mi cabeza habían sucumbido, gracias.
Beatriz y Laura, las hermanas del 3d, portadoras de los complementos necesarios para esa ensalada de pasta que tan bien nos sentó en Colmenar. Como Beatriz ha contado estuvieron casi todo el día siguiéndonos en la prueba.
Cuando llegábamos a Colmenar nos costó a Fernando y a mi distinguirlas, pero se dejaban oír dándonos ánimos, ¡qué alegría me dio verlas! Luego nos acompañaron en el camino hasta el polideportivo, me dieron la vida en ese momento y luego en Tres Cantos, en el peor momento de la jornada, gracias.
Ell@s son mis ángeles de la guarda, sé que ell@s velan por mí, así es fácil salir adelante.
Solo me falta contaros que en Tres cantos y tras 53 kilómetros mi cuerpo dijo ¡basta!, venía con problemas en el cuádriceps de la pierna derecha, con ampollas en ambos pies y rozaduras por casi todo mi cuerpo. Hoy sé que estaba completamente cocido.
En el pabellón tuve primero un derrumbe emocional enorme, lloré como un niño de impotencia, impotencia por no verme capaz de continuar, por arrastrar en mi abandono a Fernando... después el bajón de tensión, mis ángeles de la guarda me facilitaron una coke que junto a un plátano me entonaron el cuerpo.
De los cinco fantásticos, solo Saturnino terminó la prueba, junto a él otros 333 valientes de un total de 1070 que tomamos la salida, la cifra más baja de participantes que han terminado en todas las ediciones de esta prueba.
Ahora, ¿volveré a intentarlo?, tenemos todo un año por delante para saberlo ¡qué nervios!
Un saludo.
He pasado por muchos títulos distintos: "Fracaso mayúsculo", "El calor me aplastó", "No le encuentro la gracia", "Si lo sé no vengo", "¿Por qué no usé el cerebro?", "Estuvo bien intentarlo"... hasta llegar a "Mis ángeles de la guarda", ha sido un largo camino más que el realizado por mí en la prueba que nos ocupa, los continuos cambios de estado de ánimo han contribuido a ello.
"Fracaso mayúsculo"
Creo que el tiempo y la perspectiva me han dado un poco más de objetividad, incluso pienso que unos días más harán que lo vea todo con más claridad.
No recuerdo donde leí "Fracaso es no haberlo intentado", o algo parecido. Estoy bastante de acuerdo con ese eslogan, así que lo desestimé bastante pronto, claro que con la inestimable ayuda de mis ángeles de la guarda.
"El calor me aplastó"
Apuntarse a una marcha-carrera en pleno mes de Junio en Madrid, que tiene su salida a las 12:00, conlleva aceptar que el calor no es una opción, es una realidad. No puede servir de pretexto y colocarlo sin más en el centro de la crónica, sería demasiado fácil. A pesar del comunicado de la organización en el que hoy nos informan que la temperatura llegó a los 41º y 42º en algunos puntos del recorrido.
"No le encuentro la gracia"
Los primeros 35 kilómetros de la prueba son feos, para qué andar con medias tintas, muy feos. Por eso me tiré gran parte del tiempo pensando dónde iba a estar la gracia de esta ruta. El paso paralelos a unas vías de tren fueron la puntilla para esta sensación. De todos modos teniendo el plano del recorrido con tanta antelación y conociendo un poco la zona, hablar de la ausencia de gracia del mismo no se sostiene.
"Si lo sé no vengo"
En el comunicado del que os he hablado antes, la organización pide disculpas por algunos errores, lamenta el tono de las quejas de algunos participantes, echan mano de historia al contar que tienen un bagaje de éxito anterior y justifican la extraordinaria complicación que tiene organizar un evento de esta magnitud.
A mí personalmente no me sorprendió el nivel de la organización, contaba con que iba a ser de perfil bajo, no me parece sorprendente que el agua esté caliente con las condiciones que se dieron. Me parece más grave que no llegara a todo el mundo, me parece un poco más criticable la poca asistencia de voluntarios en puntos clave del recorrido e incluso peor aún que para abandonar la prueba no sea necesario notificarlo a la organización, te vas y punto. Aún así sabía donde me metía.
"¿Por qué no usé el cerebro?"
El calor y el sol del verano son enemigos míos, mi piel más cercana a la de un albino y mi propensión a sudar al mínimo esfuerzo son condicionantes que conozco de sobra. Son cuarenta años de vida compartida y ya debería contar con ellos para todo lo que hago. Usando un poco eso que llamamos cerebro quizás no habría actuado sin pensar en ellos... claro que como bien me repite Beatriz una y otra vez "para usar el cerebro deberías tenerlo".
"Estuvo bien intentarlo"
No se puede negar que el intento ha estado bien, está bien poder reflexionar sobre las decisiones tomadas y que no volverás a tomar, bueno, si has conseguido aprender algo claro. Comprobar los límites de uno mismo es algo que se debería hacer con más asiduidad.
Estuvo muy bien intentarlo con tan buena compañía, el gigante Ángel, nuestro irreductible Saturnino, mi hermano Alberto y el gran Fernando del G5, acompañantes de primer nivel. Faltó algún otro que por motivos ajenos a su voluntad no pudo asistir como el bueno de Fran y su rodilla, o los hermanos Aguilar siempre presentes en los corrillos del día.
"Mis ángeles de la guarda"
En alguna ocasión ya lo he comentado, no tengo ninguna posesión material digna de envidia, pero tengo la enorme fortuna de disfrutar de la amistad de gente que vale su peso en oro.
Mi amigo Pablo desde Huelva la noche antes de partir al gran reto ya me estaba cuidando "tápate no cojas frío, tú deja que se vayan Saturnino y el resto de colgaos ¡qué carajote! cómo vais a correr con esas temperaturas" por la mañana antes de empezar mensaje de ánimo y saludos para el resto de compañeros, gracias.
Mis cuatro acompañantes, siempre atentos a cualquier signo de fatiga insuflando energía, dispuestos a dar pausa cuando tu euforia te lleva equivocado, con risas y estribillos como aquel "esta noche dormimos en casa" en fin ¡qué difícil! hubiera sido afrontar esto sin vosotros, gracias.
Óscar, del Grupo Salvaje del Zoco, por la mañana perdido intentando encontrarnos entre Colmenar y el embalse de Santillana, por la noche apareciendo por el camino desde Tres Cantos, con la camiseta del Nunca y un paraguas por si la amenaza de tormenta iba en serio, en el momento en que mi cuerpo y mi cabeza habían sucumbido, gracias.
Beatriz y Laura, las hermanas del 3d, portadoras de los complementos necesarios para esa ensalada de pasta que tan bien nos sentó en Colmenar. Como Beatriz ha contado estuvieron casi todo el día siguiéndonos en la prueba.
Cuando llegábamos a Colmenar nos costó a Fernando y a mi distinguirlas, pero se dejaban oír dándonos ánimos, ¡qué alegría me dio verlas! Luego nos acompañaron en el camino hasta el polideportivo, me dieron la vida en ese momento y luego en Tres Cantos, en el peor momento de la jornada, gracias.
Ell@s son mis ángeles de la guarda, sé que ell@s velan por mí, así es fácil salir adelante.
Solo me falta contaros que en Tres cantos y tras 53 kilómetros mi cuerpo dijo ¡basta!, venía con problemas en el cuádriceps de la pierna derecha, con ampollas en ambos pies y rozaduras por casi todo mi cuerpo. Hoy sé que estaba completamente cocido.
En el pabellón tuve primero un derrumbe emocional enorme, lloré como un niño de impotencia, impotencia por no verme capaz de continuar, por arrastrar en mi abandono a Fernando... después el bajón de tensión, mis ángeles de la guarda me facilitaron una coke que junto a un plátano me entonaron el cuerpo.
De los cinco fantásticos, solo Saturnino terminó la prueba, junto a él otros 333 valientes de un total de 1070 que tomamos la salida, la cifra más baja de participantes que han terminado en todas las ediciones de esta prueba.
Ahora, ¿volveré a intentarlo?, tenemos todo un año por delante para saberlo ¡qué nervios!
Un saludo.
12 comentarios:
Cómo diría una amiga americana: WAW!
A pesar de los aspectos duros... ¡Enhorabuena!
Por tu valentía al empezar y al terminar (da igual el punto que sea) y por tus reflexiones, siempre sabias y sinceras, da gusto leerte. Un abrazo y un beso.
Amigo, sabes de mi aprecio o deberías saberlo, y te digo que el mundo es de los valientes, de los que lo intentan, aunque fallen, ese fallo no es un fracaso, fracasado es el que se queda en casa.
Para mí también fue duro vuestros abandonos, ni era el final deseado ni el visionado por Ángel, pero al mismo tiempo me distes fuerzas, al menos uno del "nunca correrás solo" tenía que llegar a la meta, y no importan los nombres.
Se que tarde o temprano volveremos a intentarlo, pero por favor el próximo año NO.
Un fuerte abrazo.
En una carrera como esta la palabra fracaso no existe Abe. El simple hecho de intentarlo ya os coloca en un lugar impensable para otros. Por supuesto que el resto de compañeros del Nunca estamos más que orgullosos de vosotros. Sois muy grandes!!
Un beso!
Felicidades... Lo vuelvo a decir: felicidades. Vaya pasada!
¿Fracaso? La gran mayoría ni lo intentamos.
Un saludo
"No te des por vencido, ni aún vencido,
no te sientas esclavo, ni aún esclavo;
trémulo de pavor, piénsate bravo,
y acomete feroz, ya mal herido.
Ten el tesón del clavo enmohecido
que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo;
no la cobarde estupidez del pavo
que amaina su plumaje al primer ruido.
Procede como Dios que nunca llora;
o como Lucifer, que nunca reza;
o como el robledal, cuya grandeza
necesita del agua, y no la implora...
¡Que muerda y vocifere vengadora,
ya rodando en el polvo, tu cabeza!"
No me siento muy ángel de la guarda, me parece un poco exagerado, pero me alegro de que tú lo veas así y de que sirviera de algo nuestro peregrinar de polideportivo en polideportivo. ¡Ojalá hubiéramos podido hacer algo más!
¿Fracaso mayúsculo? Ni de coña. Intentarlo y ver hasta dónde puedes llegar ya es un triunfo. Y teniendo en cuenta los condicionantes exteriores, creo que llegáteis muy lejos. Y fue un orgullo poder compartir con vosotros esos momentos.
Un besazo, "descerebrado".
¡Enhorabuena de parte de otro ¿fracasado?...¡Vaya contraste!: vosotros axfisidos de calor y nosotros una semana antes congelados en los Montes Aquilianos.
¡ Me cagüen tal! El año que viene nos apuntamos a las dos, ¡con un par!
Un abrazote.
No te des tanta importancia !!
Eso de decir que me obligaste a abandonar es muy exagerado....
A esas alturas de la carrera, mi gemelo izquierdo ya estaba bastante maltrecho.
Un abrazo muy fuerte
No te des tanta importancia !!
Eso de decir que me obligaste a abandonar es muy exagerado....
A esas alturas de la carrera, mi gemelo izquierdo ya estaba bastante maltrecho.
Un abrazo muy fuerte
Enhorabuena Abe, creo que vuestra edicion fue bastante peor en cuanto a climatologia que la nuestra, doble merito para todos acabarais o no, ya tenemos un objetivo comun acabar los 100X24 y no dudo que antes o despues lo haremos.
Lo importante Abe es intentarlo, si se puede terminar ¡pues mira que bien!.
Hay que llevar al cuerpo al límite pero siempre con cabeza, somos populares y como populares sólo luchamos contra nosotros mismos, hasta donde podamos llegar, sin más exigencias (lo contrario sería suicida). El llegar al kilómetro 53 es TODO UN ÉXITO, siéntete orgulloso de ello y no te líes en otras disquisiciones.
Lo dicho campeón, ENHORABUENA por el carrerón. La próxima vez seguro que lo consigues.
Abe no le des más vueltas, el año que viene repites y ya está, sabiendo todo lo que sabes seguro que lo verás de otras manera.
Yo la completé hace unos años también con mucho calor, a pesar de lo cual juré que nunca más y no pienso cambiar de opinión, quizás cuando se haga en Laponia ;-)
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