El penúltimo rey árabe de Granada, padre del Boabdil que todos conocemos de las clases de historia, se enamoró de una de las sirvientas de su primera mujer. Además de sirvienta, la chica era cristiana, lo que supuso un gran escándalo para la época. Un montón de voces críticas se manifestaron en contra del rey, que decidió casarse con ella una vez se hubo convertido al Islam. Aunque después de la boda, el rey se retiró a un palacio en Salobreña a vivir con su nueva esposa, terminó tan harto de todas las críticas recibidas que determinó que después de su muerte se llevaran su cuerpo al pico más alto de Sierra Nevada, para poder descansar alejado de todo el mundo. El nombre del rey era Muley Hacén y el Mulhacén se llama así por este motivo.
Esta es una de las vistas del Mulhacén desde el recorrido por el barranco del Poqueira. La verdad es que me dieron unas ganas terribles de convertirme en una aguerrida montañera, como diría el bueno de Losito, y llegar hasta la cumbre. Claro que soy consciente de mis limitaciones y aún estoy muy lejos de llegar a conseguir algo así. En un futuro, quizá.
6 comentarios:
Buen día pillaste, desde luego... Aunque si quieres llegar hasta la cumbre sin morir en el intento, está mucho más fácil por el otro lado, desde el final de la carretera que sale de Granada y que lleva a la estación de esquí de Sierra Nevada. Quizá demasiado fácil, incluso...
Ahí eliges Mulhacén - - Veleta...
Besicos...
Me has abierto el apetito por estar ahi.
XXXX
Bonita historia la del tal Muley Hacén, vaya filón se perdieron los de “corazón,corazón”.
La verdad que la fotografía invita a tomar la montaña como si nos hubiésemos transformado en Cesar Pérez de Tudela...pero abrir el apetito, rlfox ¿en qué pensamos?.
Saludosssss.
Saturnino:
!Oye!
¿No creeras...?
¡No!
Espera, dejame explicarte, solo era una metafora.
No te descojo...
Coño que esto es erio...
Tronkos todos y cada uno:
Llevo una dieta muy estricta y veo comida hasta en las piedras.
¿Y tu de que te ries?, ¿eh?
Pues no, no me habia imaginado eso.
Pervertido.
Qué bonita historia, Beatriz. No la conocía. Yo también quiero ser una aguerrida montañera... pero en verano. Lo cual me invalida ya como aguerrida montañera, supongo.
Publicar un comentario
Los Blogs no son poca cosa sin tus comentarios...