Llueve, luego... Habemus Semana Santa...

Llueve en casi toda la península, ahora mismo las gotas de lo que cae en Madrid suenan en los patios de casa, estrellándose contra los alfeizares de las ventanas y sus cristales. Suele ser bastante habitual que la lluvia acompañe a estos días de celebración religiosa, una lluvia que puede impedir la salida de los distintos pasos y por consiguiente evitar las procesiones, esa tradición tan española y para la que muchas personas se preparan durante el resto del año. Así las cosas la Semana Santa conlleva mucha frustración, paradójico si tenemos en cuenta que la celebración más allá de los rituales y tradiciones, debiera ser para el pueblo de Dios toda una alegría, la muerte y resurrección de Jesús...

Frustración es lo que suele sentir la gente cuando no puede hacer algo que quiere, imagino que esa sensación era la que debían tener las mujeres que querían correr Maratones, cuando estos eran un reducto masculino en el que no tenían cabida ellas. Como en tantas otras cosas en la vida, el atletismo también ha tenido (y tiene) al machismo como freno e impedimento de lo que debería ser normal, la participación de la mujer en igualdad de oportunidades en todo y todas las cosas, eso ocurre también en la celebración de la Semana Santa, el catolicismo sigue teniendo al machismo como freno de la normalidad. Por eso cada costalera, cada mujer que se une a las cofradías y al resto de papeles que la Semana Santa otorgaba en exclusividad a los hombres, es un triunfo de la normalidad. En algunas cosas el camino a la normalidad es más lento de lo razonable, el inmovilismo de las instituciones religiosas tras veintiún siglos es desesperante.

Hoy un amigo en Facebook, recordaba a Kathrine Switzer, la maratoniana estadounidense, que en 1967 corrió el Maratón de Bostón, saltándose la norma que impedía a las mujeres correr en los maratones. Las imágenes de corredores evitando que un juez la retirara de la competición y posteriormente escoltándola a meta ayudó sin ninguna duda a que hoy todas las mujeres que quieran puedan correr el Maratón... Porque las cosas no tienen porque ser siempre como nos dicen que son o tienen que ser, siempre hay otras formas y caminos...

Bueno mañana estaremos camino de Granada en mi caso otros compañeros del blog tendrán otros destinos, para pasar estos días festivos que rompen la productividad de la semana, esperemos a ver si con esa excusa de la productividad es el último año de la configuración actual de estos festivos o por el contrario se queda en una más de las muchas cortinas de humo que a diario nos van soltando...

Mientras tanto y con permiso de la lluvia yo intentaré seguir con los entrenamientos, esos entrenamientos que me ayudaran a terminar el Maratón de Madrid, espero que de una pieza. A todos os deseo que paséis unos días felices, en los pasos, tras los pasos, a los lados, lejos de los pasos o tal cual queráis pasarlos. Sé que ya han pasado 100 días, pero para qué enturbiar los días de descanso, a la vuelta ya os contaré lo que me han parecido estos ya más de cien días, no lo dudéis...

Un saludo.