6ª Media Maratón de Collado Villalba

Acudí a Villalba en medio de un trancazo que sigue debatiéndose dentro de mi cuerpo, no soy capaz de quitármelo de encima y empieza a poner en peligro mis planes de futuro, pero no podía faltar a esta cita. Aún a sabiendas de que mi estado no era óptimo no me la quería perder por nada del mundo. El año pasado la corrí por primera vez, dura y entretenida era mi resumen del año pasado, sigue valiendo para el de éste. 

El año pasado una voz detrás mío gritaba consignas de ésas a las que yo me uno de vez en cuando y que por esas fechas repetía machaconamente, recuerdo que la que me hizo volverme fue un "no les votes", y ahí estaban Pedrín y Tecolinha... Yo que arrastraba molestias en la pierna me junté a Tecolinha y estuvimos de parloteo durante unos cuantos kilómetros, a buen ritmo, creo que lo escribí en aquella ocasión, las propiedades terapéuticas que Teresa y su conversación tienen al menos en mi persona son ciertas y no admiten discusión, en más de una ocasión lo he comprobado en mis carnes y en otras tantas carreras.

Así que este año no tenía más remedio y con más motivos todavía que ir a correr a Villalba, a realizar mi conjuro particular para devolver multiplicadas por mil todas esas terapias que en forma de conversación y ánimo he recibido tantas veces de Teresa. Así las cosas empiezo por el final, en el vídeo de "Corriendovoy" cuando el crono superior marca 1h59'17" más o menos, me veréis por el interior de la calle, cambiando mi habitual entrada en meta de beso al cielo, por ir agitando mi gorra al cielo y aunque por la "atronadora" música de fondo no se escuche, gritaba el nombre de Tecolinha, porque ni yo ni ella corrimos solos el domingo, ni lo haremos nunca.

Jaime me pasó a buscar para ir juntos a Villalba, así que con chófer a la puerta no tuve que madrugar mucho. A las nueve de la mañana habíamos quedado con el resto de compañeros del Nunca en la recogida de dorsales, allí me encuentro repartiendo los dorsales a Alfonso. Nos hicimos la foto de familia:

En la foto Gustavo, el menda, Ángel, Jaime y Carlos (Churri 2), toda la representación del Nunca que tuvo una más que notable participación. En cuanto a mi carrera, empecé los primeros kilómetros bastante bien, me fijé en el grupo del globo de una hora cincuenta y cinco y decidí seguirlos. Tanto les seguía que en el kilómetro tres tuve que adelantarles, el viento llevaba los globos contra mi cara y no es nada agradable. Así las cosas me mantuve bastantes kilómetros entre ese globo y el de una hora cincuenta, ni en mis mejores sueños. Sobre el kilómetro ocho ya tenía molestias en el gemelo derecho pero eran llevaderas hasta antes del kilómetro doce que pasó a ser un pinchazo, suficiente para recordarme cuál era mi objetivo y dónde tengo que forzar, así que bajé el ritmo. Pensé que en poco rato me pasarían el grupo del globo y Carlos que venía por detrás, hasta el kilómetro trece no me pasan, a Carlos le digo que siga para adelante sin miedo, él va acelerando y yo desacelerando, en esas condiciones ni yo soy buena compañía y no me viene nada bien que me acompañen... Consigo acompasar mi ritmo medio en torno a los seis minutos por kilómetro, yendo cómodo y sin pasar ninguna penuria extra, el gemelo sigue dolorido pero no me obliga a parar. Al final un tiempo de una hora cincuenta y ocho minutos y cuarenta y siete segundos, por debajo de las dos horas y mejorando en cinco minutos cuarenta y cuatro segundos el tiempo del año pasado, en la próxima edición habrá que seguir bajándolo...

Próxima cita en León con los compañeros del Nunca en la primera gran fecha de la temporada, allí nos vemos, espero que con algún kilómetro más en las piernas y sin el trancazo que me ocupa y preocupa.

Un saludo.