I Media Maratón de León.

He estado pensando mucho para hacer esta entrada, Beatriz dirá "¿por qué te pones a hacer algo que no se te da bien?". Se refiere a lo de pensar.
Y tiene razón, por más que lo pienso no encuentro la mejor forma de hacerlo.
Así que empecemos por el principio como mandan los cánones.
El dieciocho de octubre pasado Saturnino nos comentaba en el blog del "nunca correrás solo" que se había enterado de la organización de la primera Media Maratón de su ciudad.
Para los que no conozcáis a mi irreductible amigo es un enamorado de su tierra y de su ciudad. La primera vez que visitamos a Miguel Ángel y a Saturnino, fuimos mi hermano, Beatriz y Laura para correr con ellos la "San Silvestre Leonesa", si mi memoria no falla y lo hace mucho fue en 2006. En ese momento ya nos comentaba descorazonado que era increíble que no tuviesen ya una carrera como Dios manda, eso era una espina clavada en su corazoncito. Ese día conocimos a Amador que también se preguntaba el porqué de la ausencia de esa carrera en León.
Desde aquella San Silvestre son ya unas cuantas carreras compartidas con los irreductibles Leoneses, siempre dispuestos a viajar para vernos en puntos intermedios o todo lo distantes que las circunstancias nos permiten.
En todos esos encuentros la cantinela de la ausencia de un hito deportivo en León ha sido constante.
Por fin mis amigos y León tienen la carrera que se merecen, enhorabuena a todos.
No puedo dejar pasar por alto la emoción e ilusión que han desparramado nuestros Leoneses desde el mismo día que conocieron la noticia, ha sido tanta que a mí me han tenido contagiado durante casi seis meses. Esperar seis meses a la celebración de una carrera es algo impropio de mí. Prefiero ir viendo las que voy a correr con algo menos de distancia temporal.
Pero esta carrera ha sido desde su génesis especial, un compañero del "nunca" nos decía que a ver si la corríamos y dejábamos de dar la vara... yo creo que por eso me he resistido a hacer la crónica, no quiero pasar página.
El viernes Beatriz se acercó a mi lugar de trabajo para coger carretera y manta, salimos a las 15:00 y la verdad no tuvimos nada de tráfico. Paramos a comer pasado el túnel de Guadarrama y seguimos hasta La Bañeza, el pueblo de sus abuelos.
Beatriz afrontaba su segunda media maratón, ha tenido un pequeño bajón en la intensidad y frecuencia de sus entrenamientos, a eso se le unían también los nervios por esta carrera en concreto, llevaba dos semanas diciéndome lo del nudo en el estómago.
Tengo que hacer mención a los abuelos de Beatriz y Laura, mis chicas del "d3". Con más de ochenta años la lucidez y energías que derrochan son abrumadoras, es el aire Leones sin duda. Tanto el viernes como el sábado os puedo asegurar que ni comí, ni bebí lo que marcan las pautas pre-carrera. ¡Qué gozada el vino casero! ¡Qué gozada ese orujo casero! ¡Qué maravilla de patatas fritas! ¡Qué pedazo "chuleta"! En definitiva, me puse como el "Quico" y además descubrí para desayunar las tostadas con manteca de cerdo...
Un día de estos os contaré algún retazo de la conversación que mantuvimos el abuelo de las chicas del "d3" y el que suscribe, probando distintas "tinajas" de vino, por supuesto vino elaborado por el mismo y también el orujo del que me traigo de nuevo una botella para acompañar con los cafés del fin de semana.
El domingo madrugamos y tiramos hacía León, el responsable de la "orientación" era yo, por supuesto no salió todo tal y como debía. Pero llegamos al Estadio Hispánico.
Allí estaban ya Isaac, Rosa y la familia. La entrega de dorsales, chips y ropero estaban centralizados en el pabellón cubierto. Para mi gusto perfectamente organizado. Después fueron llegando los irreductibles y Ángel, todos con nuestras equipaciones naranjas, la "naranja mecánica" estaba deseando empezar la carrera.
Vimos a Emilio que apuraba con la media maratón su preparación para el Maratón Des Sables. Nos hicimos unas fotos y hablamos de vernos algún día a su vuelta o aprovechando el verano, está hecho solo que me tendré que poner bien fino para trotar con él.
Con los dorsales personalizados, otro puntazo para la organización salimos a la pista de atletismo para las fotos oficiales.

Calentamiento casi todos juntos, algunos ya se les ve que van a ir a toda pastilla hasta calentando. Vemos a Tecolinha, una alegría más conocerla en esta carrera, ¡qué maja eres! Dos pistoletazos y salimos a por la media.
Al principio la naranja mecánica va más o menos agrupada, se van haciendo los grupitos por intereses y ánimos.
Yo siempre empiezo con mucho ánimo, casi sin darme cuenta los dos primeros kilómetros los hago con Saturnino y Amador, clavando por mi juguete los cinco minutos, yo sé que eso es irreal no soy capaz de mantenerlo 21 kilómetros y cuando conectan visualmente con Ángel decido ir plegando velas, marchándome como llegué sin hacer ruido.
Hasta el kilómetro seis todo va bien, sé mis ritmos y lo que espero de ellos, la digestión del desayuno no está siendo benévola conmigo, así que intento una parada técnica tras una torre eléctrica, me cachis es una zona de paseo, me quedo con las ganas. Un poco más adelante veo a Tecolinha porque me anima por un lugar por donde se pasa de subida y bajada ¡qué maja eres!
Rumbo al centro de la ciudad pasamos por la Catedral, yo estoy en un sin vivir me suena todo el sistema digestivo, voy corriendo y buscando un bar donde poder quitarme el peso que llevo encima.
Ángeles me saluda al pie de la Catedral, ella es la mujer de mi amigo y es una de nuestras "aplaudidoras" nos conoce ya tan bien que va radiando los pasos de cada uno antes de que lleguemos, es increíble. Estaba con más gente pero mis premuras no me dejaron ni verlos.
Salimos de la zona noble y sobre el kilómetro 12 creo, diviso mi salvación "Bar Cafetería Slalom", salgo del trazado de la carrera por debajo de una cinta de balizamiento y escopetado al Bar pregunto por el baño, "a la derecha".
No sé si fueron seis o diez minutos, el juguete perdió los satélites pero mi cuerpo lo necesitaba. Curioso o no, me di cuenta de que rompí a sudar allí dentro.
Di las gracias porque me habían "salvado" la vida y el camarero me dice "no corras que te vas a cansar", "si ya estoy cansado" le dije.
De nuevo en otro tramo de doble circulación coincido con Tecolinha esta vez ella va por delante, me vuelve a animar ¡qué maja eres! Pero yo ya sé que ni con todos los ánimos del mundo voy a resurgir, en la misma zona veo a Beatriz está fuerte y con decisión eso me da un poco de subidón e intento pillar a un "globero" de 1h55' me termino de fundir en el intento.
En los últimos kilómetros voy bajando el de ritmo vertiginosamente, el agua la tomo andando, algún tramo más de regalo lo hago andando. No tengo ninguna molestia física, nada, no tengo ningún problema en el coco, nada, solo me falta energía y esa no tengo ya de donde sacarla.
Disfruto de la carrera, sé que mis amigos dicen que estos últimos kilómetros son un poco desangelados, pero a mí me parecen maravillosos ya solo me quedan tres y les veré a todos.
El último kilómetro lo disfruto a tope, la gente que ya esta de vuelta te anima, como en casi todo el recorrido hay público que no deja de animar, me llevan en volandas y como bien dice Ángeles entré todo chulo con mi botellita de agua, no en balde llevo de paseo seis kilómetros. Me cruzo en pista con Saturnino y creo que Miguel Ángel, van al encuentro de sus hijas para acompañarlas en el tramo final, se les cae la baba con ellas os lo digo yo.
Como dije en un comentario, la carrera en si ha servido para reafirmarme en lo que me sobra y me falta, tendré que quitar y poner, lo único que me cabrea es que este año es una tónica habitual. Cambiaremos tendencias.
Al poco de llegar yo viene Beatriz, va a dar un repaso a su anterior marca unos cuatro minutos y llega bastante entera, es la caña.
Dejamos los chips, nos dan nuestra completa bolsa del corredor y al césped a esperar la llegada del resto y a saludar a Isaac que ha debutado por debajo de la hora y tres cuartos "un keniata" si señor.
Desde allí vemos a Sonia otra que hace su segunda media, y cruzamos a la grada desde donde vemos llegar a "nuestra campeona", Susana acompañada de Miguel Ángel hace su entrada en pista, vaya bemoles los de esta irreductible.
Después de intercambio de opiniones etc, una ducha, yo y mi desorientación, llegamos al barrio de Saturnino y Miguel Ángel, allí nos esperan hace rato para ir a tomar algo antes de comer, desde ese momento, el culpable de los posteriores retrasos el que escribe, pero esa parte os la cuento después.
Un saludo.