jueves, 21 de febrero de 2013

Ayer terminé contento un entreno...


¿Qué es terminar contento un entreno?

Hay que empezar por el principio, estas cosas son así, alguno aún no sabrá lo que es terminar contento un entreno, quizás no porque no haya entrenado jamás, no, quizás porque como a mi hasta ayer nunca le había sucedido. O mejor dicho no había sido consciente hasta ayer, que algunas veces terminas contento un entreno.
Para que yo considere que terminar un entreno y estar contento, sean dos conceptos complementarios, tienen que suceder dos cosas al tiempo:

  1. no mirar el crono hasta el final del entrenamiento.
  2. saber que no podría haber mantenido una conversación fluida.
Dos conceptos bastante simples ¿no? Pues no, las mas de las veces no puedo mantener una conversación fluida y no dejo de mirar el maldito crono que siempre está en el mismo kilómetro no sube la distancia jamás...
Para neófitos, los freaks de esto de correr, no nos contentamos solo con un crono que marque el tiempo, sería demasiado fácil, el nuestro nos va contando la distancia recorrida, la altura ganada, si el corazón se te sale por la boca, las calorías quemadas, si el bicho del entreno programado va delante o detrás, el ritmo, la velocidad...
En fin todas esas cosas que necesitamos saber con solo un vistazo, en un movimiento rápido del brazo acercándonos el juguete a los ojos, al tiempo que intentamos no tropezar con nuestras propias piernas y no pisar la caca de perro que justo se nos interpone en ese momento. Son décimas de segundos, que digo quizás milésimas de segundo, pero es super necesario para proseguir con nuestras zancadas...
Somos así, raros, pero en la mayoría de los casos buena gente o se intenta que es más de los que muchos otros pueden decir. 
En otras ocasiones podría ir dando una conferencia sobre la importancia de la humedad en el proceso de fecundación del cangrejo rojo y seguro que no me trababa lo más mínimo... Ahí miro una y otra vez, el maldito crono, que siempre está parado en el mismo minuto, sin moverse los segundos...
Así que es poco habitual la coincidencia en tiempo y espacio de esos dos simples conceptos.

¿Qué pasó ayer?

Ayer salí a correr después de un incidente en el final del entrenamiento del lunes, una chica y dos perros, más grandes que ella, subiendo la Avenida de la Aviación, ladridos, canguelo, acrobacia y caída retorciendo el muñón que tengo por rodilla derecha, en fin un susto. Así que salía el miércoles no con poco escepticismo  con un horario cambiado por circunstancias familiares que a veces nos varían planificaciones y demás.
Once kilómetros acompañado de un clima más que aceptable, la cabeza bullendo de ideas, un solo sonido permanente, el de mi respiración entrecortada y cuando quise darme cuenta ya estaba de vuelta al principio de mis pasos, sin mirar el crono.
Los datos del susodicho no cuentan una gran hazaña  están lejos de la promesa que un día fui (solo para mi y mi querida madre, claro) pero las más de las veces no son más que meras y frías estadísticas que poco o nada reflejan tu estado de ánimo.
El domingo correremos la media de la Latina, en los corazones de la docena de participantes del NCS estará nuestro amigo Ángel, porque en esta familia ninguno corre nunca solo.
Un saludo.