I Media Maratón de León 2ª parte: La media boda.

Después de la ducha nos encaminamos hacia nuestro destino, la idea era dejar el "tronco móvil" a los pies de la casa de Saturnino. Unas indicaciones antes de separarnos en el estadio y la circunstancia de haber estado un par de veces deberían haber bastado para llegar al destino... ¡vaya! la única variable que fallaba en la ecuación era yo con mi mecanismo... perdidos en la Avenida de Asturias (es la segunda vez en fechas distintas) llamo a Saturnino reconociendo mi falta de cerebro y orientación. Nuevas indicaciones, algo de fortuna y Beatriz demostrando que si quiere puede vivir sin arrancarme el pescuezo consiguieron llevarnos a buen puerto con un retraso considerable. Llegamos y allí estaba mi amigo de pie, con una planta entre piloto top-gun y secreta que tiraba para atrás, "alma cántaro era tan difícil". Más tarde me di cuenta que el truco para tener semejante planta son unas gafas de sol de esas que sí me robarían de tenerlas en el coche... Toda la familia nos esperaba, sedientos y nos encaminamos hacía el lugar elegido por Mauri, "tiran las cervezas de impresión". Mauri es el elegido para las cuestiones de intendencia, véase manduca y bebercio, tiene un don. Enfrente del local en cuestión un paisano prototipo de "cliente" de Saturnino nos deleita con una selección esmerada de música, pa verlo en pose "soy el rey del mundo" en su balcón. Alguien comenta que vamos al mismo peluquero... ¡qué malos sois! Donde las cañas recibimos llamada de Isaac y su tropa, ya están en el restaurante con más hambre que Dios talento, por mi orientación el plan se va al carajo, de nuevo perdón. Vamos al restaurante, lo reconozco mis posaderas son la parte más "noble" de mi cuerpo humano, con una "finta" digna del mismísimo "Leivinha" dejo un asiento de calidad dudosa a mi izquierda y me aposento en uno más a la altura de tan nobles posaderas. Como en todo en esta vida hay damnificados, Saturnino se queda desubicado en el asiento de calidad dudosa, refunfuña porque la verdad le hice la 3,14 lo siento... bueno ya estaréis pensando que si lo hubiera sentido mucho le habría cedido mi sitio, ¡joder como sois! era más lío cambiarlo todo. El lugar elegido por Mauri a la altura de lo que de el podíamos esperar, comí como un animal y encontré todo buenísimo, en fin recuperé lo perdido con creces. Unos entrantes en los que el temido "verde" ni apareció, un sueño hecho realidad todo carnaca y al final algo de bacalao, que lo poco es bueno. Llegados al plato principal empiezan las tensiones, teníamos para elegir chuletas, solomillo con distintas salsas, chuletón o bacalao en varias presentaciones. El plato más seleccionado fue por nuestra zona el solomillo, salvo el "onubense" (Ángel) que le dio por el bacalao, ya se sabe lo que se pesca en las marismas. Llega la camarera con dos a la pimienta, Saturnino salta a por uno y lo protege de cualquier peligro que le aceche, el otro me lo quedo yo. "Esto se queda frío hay que comérselo" tienes razón amigo mío, ¡al ataque! Llega un solomillo al queso, la camarera se lo ofrece a Beatriz... "el mío es a la pimienta..." "¿quién tenía uno al queso?" A mi izquierda Saturnino con un trozo (enorme) de solomillo a la pimienta en la boca dice "es mío" (casi inteligible) y con una velocidad y pericia digna del más afamado mago cambia los platos... Desde entonces la relación de Saturnino con Beatriz no es la misma, se palpa la desconfianza y eso que se empeñó en hacerla ver primero que casi ni lo había probado (jajaja) y segundo que el suyo de queso estaba bastante mejor ¡dónde va a parar! (jijiji). Incidentes serios durante la comida este y el de Ángel el hijo de Ángel, con la sopa y la camarera, con berrinche incluido solucionado con el peloteo más afortunado que se puede dispensar a un chaval. En la comida contamos nuestras batallitas, nuestros retos futuros, el mapoma, los "100 en veinticuatro horas"... Ángel comparte sus dudas ante afrontar su primer maratón, Ángel monstruo te lo vas a merendar y vas a disfrutarlo como ni imaginas, estás hecho para correrlo. Entre risas salen nuevas ideas, "Carros del Foc", "París", "Finlandia", Mauri recuerda "yo quería Nueva York ¡ya!"... ¡amigos necesito tres vidas para llegar a todo! Así que ni cortos ni perezosos, empecemos a dar caña que solo tengo una y no me quiero perder na de na. Un saludo.