Acabamos de pasar por el kilómetro diez, la cuarta parte del maratón. La idea de Pablo es hacer cuatro horas quince. Mis pretensiones son menos audaces pienso en cuatro horas y media. Eso sería rebajar en unos dieciocho minutos la marca del último Mapoma.
De momento y si todo sigue discurriendo con normalidad puedo seguir el ritmo de Pablo, ya vendrá el momento de desengancharme.
Ya empieza a calentar un poco el sol pero aún me conviene un poco más de calor.
Los nervios se han disipado, es el momento de la sonrisa y la felicidad permanente, a los muchos o pocos que te encuentras en la calle animando los saludas y casi los animas más tú, estamos empezando y no hay problemas.
Vamos a por el siguiente hito, el kilómetro veinte...
Un saludo.
domingo, 22 de febrero de 2009
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