Si todo sigue con normalidad estaré pasando por el kilómetro cuarenta.
Estos últimos diez kilómetros han sido una montaña rusa de sensaciones y sentimientos. Me ha invadido la desesperación, me he preguntado porque vuelvo a correr un maratón, porque sigo empeñado en no prepararme como Dios manda si lo que quiero es hacer esto...
Luego están los problemas físicos, las rozaduras de la camiseta en el pecho, nunca consigo que no me pasé, las rodillas están al jerez en estos momentos. Los problemas musculares en mis cuádriceps posteriores... en fin un poema.
Pero solo quedan dos kilómetros y ciento noventa y cinco metros, es el momento de sacar la obstinación a pasear (correr lo que se dice correr no va a ser), lo tengo tan cerca y tengo tantas ganas de acabar con esto.
Menos mal que ha hecho sol y no ha llovido...
Voy a por la meta.
Un saludo.
domingo, 22 de febrero de 2009
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