Mostrando entradas con la etiqueta Berlín. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Berlín. Mostrar todas las entradas

miércoles, 5 de octubre de 2011

Berlín (3)

Prólogo
Ya sé que más de uno y de dos están esperando ávidos el desenlace de lo que realmente me llevó a Berlín, os voy a satisfacer en esta entrega...
Dejar tiempo de por medio para relatar una carrera de las dimensiones del Maratón te da oportunidad de mirar desde muchos ángulos el resultado de la carrera. No os voy a engañar, me gusta correr, pero también me gusta hacer números, el tiempo me permite hacerlos. Con el de Berlín llevo corridos nueve maratones, bastante lejos de los quince que atesora mi buen amigo Saturnino, recalco lo de atesorar, es un tesoro muy preciado terminar un maratón, si ya terminas varios no hay duda, tu tesoro empieza a ser descomunal. 
Haciendo números me he dado cuenta que este noveno es la tercera mejor marca que tengo, si al pasar la línea de meta alguien me hubiera preguntado por mis sensaciones le hubiera contestado algo así: "debe ser el peor maratón que he corrido, pero corriéndolo he sido más feliz que en ningún otro". Es la falta de perspectiva que te da el hablar a bote pronto. Otro dato que saco al hacer los números es que las tres mejores marcas las he conseguido en los últimos nueve meses. Tres maratones en nueve meses, corrí el primero en 2003 el mismo año que empecé a correr, pasaron dos años y dos batacazos antes del segundo en 2005. En 2006 y 2008 los siguientes, en 2009 corrí dos, de diciembre de 2010 hasta Berlín los tres últimos.
Pero si me quedará solo contando números estaría robando el alma al Maratón y eso es una insensatez que no estoy dispuesto a cometer. Así que para terminar de contar números, llegué a meta en:
4 horas 44 minutos y 38 segundos


El Maratón
La noche del sábado dormí como un bendito, si le preguntáis a Gustavo os dirá que "dormía como un perro", que más o menos significa que roncaba a pierna suelta y nada me inmutaba... Tampoco tuve ningún problema a la hora de ir al baño, sí suena a escatológico porque lo es. No hice ningún experimento con el desayuno, Beatriz, esta vez no hubo té... Ya he vivido en otras ocasiones el desayuno previo con los compañeros que vamos a correr, alguno me ha tocado con Pablo, no deja de hablar, incluso con mi hermano Alberto, no deja de bostezar, esta vez estoy con la Compañía de Berlín, hablan y callan a partes iguales. Pero como nota común siempre existen silencios, no son para nada incómodos, más bien son necesarios, inevitables
El sábado pensé en llevar alguna moneda para el metro, por si las moscas, les comenté a mis amigos que no me esperarán, sabía de sobra que mis palabras caían en saco roto. En el desayuno les volví a comentar algo en ese sentido: "si a las dos y media no he aparecido veniros al apartamento...". En los ojos de Saturnino veo un "ya, ya sé de quien hablas pero no ha venido..." en los de Gustavo veo un "tengo que llevar algún detallito más a casa...". Por toda respuesta me llevo un "por nosotros no te agobies", ¡caray! que estoy para los leones y no, no me refiero a los Lannister... Finalmente solo me llevo la dirección del apartamento en un papel, lo del metro está completamente descartado ¡cómo para entenderse con esos planos que tienen!
El camino hasta la línea de salida lo hacemos a paso ligero, ese mismo recorrido el sábado se nos hizo un poco lento y largo, los nervios o la emoción nos están llevando. Vamos viendo gente calentando y dirigiéndose a nuestro mismo destino. Antes de entrar en la zona de los corredores nos despedimos de Ángeles, nos dice por dónde nos intentará ver. Entramos los tres entre la marea de corredores, llegamos a la altura de mi cajón y me despido de mis compañeros, "se avanza más, despacio que parado" me dice Saturnino...
Es en ese momento, cuando me quedo solo, solo rodeado de miles de corredores, cuando se me tensan los músculos de la cara, entro en mi cajón y el ambiente es increíble, desde la megafonía el locutor presenta a los "vips" que corren hoy, la gente aplaude a rabiar sus nombres, nombra a Haile y ya es el delirio, recuerdo en ese momento que "ya corrí con él en Amsterdam" me ganó, nada otra pasadita que me va a dar...
Primera cuenta atrás, la locura, la gente a mi alrededor aplaude, aún nos falta para que nosotros empecemos a correr, quince minutos y una segunda cuenta atrás después pasaremos por la línea de salida, la tensión de la cara ha desaparecido, un hormigueo en el estómago le toma el relevo. Empezamos a correr por Berlín...
Hasta el kilómetro cinco voy mirando el crono, hasta que me digo que no volveré a ir más rápido que en ese tramo, se acabó mirarlo más. Mantengo mi propósito hasta el kilómetro veintiocho, ha sido muy fácil hacerlo. Voy al ritmo que marcan mis piernas no hay más, pero el verdadero motivo es que no ha habido ni un kilómetro en el que no hubiera alguien en la calle animando, bandas de jazz, de rock, vecinos que sacan a sus terrazas equipos de música, gente con matracas, tambores, gente practicando la capoira, cheerleaders, niños, mayores, jóvenes, acompañantes de corredores, todo esto y más hasta el kilómetro cuarenta y dos, los Berlineses nos dan a los corredores su lado ruidoso y festivo, mis piernas están faltas de ritmo pero me lo ponen ellos. Nunca antes en una carrera he visto nada parecido, mucho menos en un maratón...
En ese kilómetro veintiocho miro el crono y hago números, aunque tuviera que andar los catorce restantes llego antes del cierre de control. Parada técnica, hay baños a los lados de la calle para los corredores, estamos en uno de los mejores maratones del mundo, se nota. A partir de ese momento los avituallamientos me sirven para beber, comer y andar un poco así relajo las piernas. Mención aparte las manzanas que nos dan, no me habían sabido tan bien jamás, bueno a Gustavo también le debieron parecer buenas, volvió con dos kilos en la maleta...
Para los diez últimos tomo un gel que nos da la organización, pero sin prisas, a un lado de la acera mis dos vasos de agua, el gel y con tranquilidad, lo tengo en el bote y salvo cansancio no tengo nada más, eso sí, el ritmo es cada vez más lento, ya la cabeza no responde bien y no paro de mirar el crono y hacer números. Los últimos cuatro kilómetros me sobran, alargo los avituallamientos, pero al pasar por el cuarenta y uno, unos gritos de ánimo me arrancan de nuevo. Un giro y se empieza a divisar la Puerta de Brandeburgo, ¡¡ohhhhhhh!! es impresionante, ya tengo un nudo en la garganta, paso por debajo y veo los arcos de llegada al fondo, ahora sí que sí está en el bote. En cuanto me dan la medalla me la cuelgo al cuello, "¡¡uuuffff!! me has costado más de la cuenta preciosa". Con las prisas por ver a mis amigos, me cojo la cerveza y se me olvida quitarme el chip. Llego a la calle de la reunión y allí en la "S" y con sus medallas y Ángeles están los dos, ahora hemos terminado el noveno.


Epílogo
A todos los que corréis no tengo que contaros que hay gente que a veces te suelta eso de "pero diez kilómetros es poco lo puede hacer cualquiera ¿no?", yo al principio me irritaba bastante con esas solemnes tonterías, correr diez kilómetros no está al alcance de cualquiera, es más correr menos tampoco. Los hay más osados que te dicen que ellos en una hora andando se hacen los diez kilómetros, en fin con esos ya no merece la pena ni hablar. Para correr por poca que sea la distancia o el tiempo invertido, es necesario entrenar, que te guste y sacrificio, aunque solo sea un poco. Pero más necesario aún es querer...
Menos, pero alguno te encuentras en este mundo que te dice "yo no corro un Maratón porque no quiero", hoy sé que quien me dijo eso tenía razón no lo corre porque nunca ha querido...
Para correr un Maratón hay que querer y mucho, no basta con quererse a uno mismo, hay que querer a otros y mucho, hay que querer al Maratón y mucho. Querer puede implicar sacrificio, a veces es mínimo, otras es máximo, la mayoría de las veces es decisión propia, cuando es impuesto, el sacrificio ya no es lo mismo. Corriendo por las calles de Berlín iba recordando a todos los que quiero, iba queriendo a todos los que me rodeaban, los que corrían conmigo, los que nos animaban desde la acera, quería en largas distancias y en cortas. Recordaba a los que me quieren, en la distancia y en la cercanía, me sentía inmensamente querido. Puede que penséis que el cuerpo en movimiento en pleno Maratón emana sudor, os equivocaréis si pensáis que es solo eso, sudor... 
Quizás fue la magia que envuelve el Maratón de Berlín en si mismo, puede, quizás sea la magia que envuelve al Maratón allá donde se celebre, puede, quizás sea la magia que envuelve a mi vida últimamente, puede, quizás simplemente esté enamorado y el esfuerzo del Maratón amplifica los sentimientos, puede, pero corriendo el Maratón de Berlín fui más feliz que en ningún otro.


Agradecimientos
Para llegar a esa meta tras pasar la Puerta de Brandeburgo, he precisado la ayuda de muchos y es justo reconocérselo, quizás alguno no sea muy consciente de su labor en este Maratón, da igual yo sí lo soy y os lo agradezco:
A Ángeles, que estaba allí en el kilómetro ocho esperando el paso de los tres, la vi a lo lejos y me dio un subidón tremendo, muchas gracias.
A Gustavo, que tiene una humildad enorme para hacer marcas enormes sus tres horas y poco sin estridencias lo atestiguan, muchas gracias.
A Saturnino, mi amigo me escribió unas semanas antes del Maratón "fuerza de voluntad", lo he tenido muy presente todo el tiempo, muchas gracias.
A los tres, deciros que habéis sido una gran compañía para este viaje y espero que lo volváis a ser para el próximo, quizás en un año..., muchas gracias.
A un corredor anónimo, quizás Italiano, me arriesgo, quizás de Roma, por saludarme en pleno esfuerzo, muchas gracias.
A Paco Fuentes y Rosa, dos corredores gallegos que también me saludaron ya cuando nos quedaba menos para terminar, me dio vida encontraros, muchas gracias.
A una pareja de animadores anónimos, Españoles, que me decían eso de "Vamos Abelardo que ya no te queda nada", que bien suena el Español en esos momentos, muchas gracias.
A los Berlineses y la organización de su Maratón, por llevarnos en volandas, por no tener coches esperando en las calles a que las abrieran al tráfico, muchas gracias.
A Haile Gebrselasssie, su abandono en Berlín me permite decir con orgullo que tenemos el marcador en uno a uno, con el mejor corredor de todos los tiempos ahí es nada, muchas gracias.
A Mónica, los dos últimos entrenamientos de jueves en la CdC me dieron fuerza, tus palabras de ánimo y refuerzo me dieron la moral suficiente, corriste conmigo en Berlín, muchas gracias.
A Beatriz, que en casi todos los Maratones que he corrido fuera de Madrid y he conseguido terminar ha estado presente, el resto de ocasiones no terminé, te tuve presente en Berlín, corriste conmigo, muchas gracias.
A Eduardo, Commedia, que en vísperas de Castellón nos vimos y me diste alas, en vísperas de Berlín lo volviste a hacer, ahora ve y corre con el cuento, corriste Berlín conmigo, muchas gracias. 
A Pablo, el mister, al grupo de entrenamiento del Atletismo Paracuellos, José Ignacio, Laura, Gabi, a todos, por volverme a poner en la senda de los entrenamientos, muchas gracias.
A los chicos y chicas del Nunca, Sonia, Ángel, a todos, por no dejar de ofrecerme retos y nuevas aventuras, así las piernas no descansan y la cabeza tampoco, muchas gracias.
A Tábita, la razón de mi amor, entrando despacio en mi espacio, a Noira y a Elba, sus princesas, por darme tanto cariño y amor en tan poco tiempo, corrí por vosotras en Berlín, muchas gracias.
Muchas gracias, os quiero a todos.

domingo, 2 de octubre de 2011

Berlín (2)



Bien podría hablaros ya mismo del Maratón de Berlín, pero hay cosas que es mejor dejar para el final así que seguiremos divagando en otras direcciones. Lo primero es lo primero, el concurso ha sido ganado por Alfonso y en tiempo récord. El comité de premios y agasajos se pone en marcha para preparar el que te has ganado.
Después de las peripecias de las tarjetas de embarque, de un desayuno caro en la terminal de Frankfurt que incluía unos cafés solos que entrarían en un dedal, afrontábamos el último vuelo camino del Aeropuerto de Tegel. Ya os comenté antes que nos tuvimos que sentar cada uno en un sitio, en el avión venía un equipo de hockey patines de Berlín, en mi fila de asientos tenía a mi derecha un jugador del citado equipo y a mi izquierda sentaron a una mujer mayor. Y digo sentaron porque a la mujer la trajeron entre dos miembros de la tripulación. La buena mujer debía tener alguna enfermedad que hacía que sus miembros temblaran sin parar. Ella alemana, yo español, ella quería zumo de naranja, yo no, así que con la barrera de la lengua hablada, pero con el inmejorable idioma de los mimos, conseguimos entendernos y yo la ayudé en lo que parecía toda una proeza dada sus circunstancias. Era el primer contacto con la lengua germana y no creo que en menos tiempo haya oído tantas veces "danke" y cosas similares. Mientras tenía lugar la escena, que debía ser para verla, nuestro compañero de asiento el fornido alemán ni se inmutaba viendo o leyendo revistas de cotilleo alemanas, sí ellos también las tienen...


Berlín, la ciudad
Debo de confesar que he vuelto encantado de Berlín, el concepto de gran ciudad en la que vivimos con nuestras moles de ladrillo unidas por ríos de asfalto se choca de bruces con la capital alemana. Hay que reconocer que parten con alguna que otra ventaja, la vegetación crece con poca ayuda entre los adoquines que forman algunas calles, en las zonas verdes no fui capaz de encontrarme con aspersores. 

Se diferencia bastante bien lo que es la zona del centro con las zonas residenciales, estas no se caracterizan por ser colmenas en altura, de media cuatro o cinco alturas, separadas por calles amplias, peatonales algunas, otras para aparcamiento de los vecinos, pero todas con la vegetación luchando por salir. 

Una de las cosas que nos llamó más la atención es la ausencia de persianas, bueno y en la mayor parte de los casos incluso de cortinas o estores, yo pienso que el sol debe ser una bendición para ellos y no quieren que cuando salga nada le interrumpa el paso para entrar en casa. Apoyando esa teoría, de querencia de los rayos de sol, nos encontramos con los puestos de comida en plena calle, invitando a pillar la comida y comerla paseando, o los bares y restaurantes con terrazas en las que se disponen filas de tumbonas mirando al sol...

El transporte, ese es otro tema digno de elogio. El Berlinés circula en bicicleta por su ciudad. Los más malévolos podríamos decir que es normal "cualquiera entiende ese follón de metro que tienen montado" o incluso que es por el elevado precio del billete, no os preocupéis el Consorcio Madrileño nos está acercando a su nivel a pasos agigantados. Imagino que todas las cosas tendrán su importancia en la apuesta por la bici de los ciudadanos y gestores de la capital. Los de la bici critica estarían aquí muy felices. Pero tienen una diferencia con los que aquí en Madrid deciden usar la bici, respetan los semáforos como el resto de vehículos y los que son específicamente para ellos también. 
Durante el fin de semana nos asombró la poca circulación de coches, luego el lunes se notaba que había más tráfico pero no era para nada el nivel de Madrid. Como dato podríamos usar que el trayecto desde Tegel a nuestro apartamento en Mitte el sábado y el de vuelta el martes, tuvieron la misma duración y precio, en horarios muy similares. Intentad que eso ocurra en Madrid...
El metro es un follón impresionante de "U" y "S", al menos para los que venimos del Metro Madrileño que tiene esa organización de líneas tan sencilla. Por lo demás las máquinas de venta de billetes vienen en varios idiomas, el nuestro incluido, son fáciles de usar. Se me olvidaba comentarlo no existen tornos u otros métodos de control de paso. Se debe dar por supuesto que el viajero tiene buena fe y sacará y validará su billete para su trayecto, parece que les funciona, imaginaros aquí con ese sistema... Saturnino decía con buen criterio que había que saber que le pasaba al que pillaran sin billete.

El Berlinés es un personaje amable y educado, como norma general. Con costumbres que aquí llamarían la atención como respetar los semáforos si vas en bici o la de beber en plena calle e incluso en el interior del metro, aquí nos lo tenemos prohibido. Gustavo y yo mismo probamos esa sensación de llevar el botellín en la mano e ir bebiéndolo por la calle... ¡Uuuy! casi se me pasa, allí los 33cl no existen. Tampoco te avasallan con el coche si se acaba el tiempo del semáforo verde, no existen pasos de peatones pintados en las calles. El lunes al mediodía con un tiempo soleado veías las zonas verdes llenas de gente tomando el sol. 
Hay sola una cosa que me ha sorprendido negativamente, la limpieza de las calles, yo iba con la idea de que "ellos" eran "limpios", pero son también humanos y las colillas están en el suelo, los papeles, los cascos de botellas... Eso sí no vi ni una cagada de perro...
En fin, creo que muchas de las cosas que os acabo de resumir son las que ayudan a que Berlín tenga uno de los mejores maratones del mundo. Eso os lo contaré en la próxima entrega y no, no os preocupéis os llegará antes del 2012.


Terminando la segunda entrega
Para terminar esta segunda entrega he pensado en rescatar un vídeo que ya puse en su día en el blog, viene bastante a cuento, hemos estado ya en Berlín y REM ha anunciado su disolución, desde 1980 con nosotros dándonos buena música y temas impagables, el 15N sacarán un gran recopilatorio, os lo aviso a los incondicionales.
La tercera entrega no se demorará tanto no tengáis cuidado, sed buenos un saludo.

jueves, 29 de septiembre de 2011

Berlín (1)



Hablaba el martes Saturnino de lo difícil que va a ser explicar la experiencia vivida en el Maratón de Berlín y todo lo que le ha rodeado, pero hasta que no te pones delante del ordenador no te das cuenta de verdad de lo complicado de la tarea.

Titulando la entrada
Habrá que empezar por algún lado, ponerle título también ha sido complicado, si pones "Maratón de Berlín" obvias el resto, si te decantas por algo como "El Maratón más largo de mi vida, Berlín (1)" puedo dar a entender que ha sido el más largo de crono y eso no es cierto, así que he preferido algo más corto y concreto, "Berlín" y como va a ser imposible contar todo lo que tengo en la cabeza de una sola tirada le iré numerando, tampoco sé decir si serán dos o tres entradas, esto va a ser muy complicado...

Se fragua la conquista de Europa
En Octubre de 2010 y con la Media de La Bañeza como testigo se empezó a fraguar el desembarco en Berlín, en la entrada que le dediqué en su momento viene reflejado. Por aquellas fechas se empezaban a fraguar varias cosas que han ido modelando con pausa, mi devenir de los últimos meses, tanto a nivel personal como en mi faceta de corredor popular, el entrenamiento "E+D", la irrupción de "M" en mi espacio, despacio...
Todo ello junto ha tenido una relevancia muy especial en el Maratón de Berlín, pero con toda la importancia que han tenido ambas cosas, hay algo fundamental para la llegada a buen puerto de toda esta historia, la compañía. Es mi segunda experiencia "internacional" en Maratón, en la primera Ámsterdam 2005 ya comprobé lo necesario que es estar bien acompañado en estas lides, en aquella ocasión me acompañaba Beatriz, los amigos siempre han sido fundamentales en mi vida, tenerlos cerca en los momentos más importantes es para mí tan necesario como respirar.
En la comida posterior a la Media de La Bañeza, Saturnino comenta que va siendo hora para los amigos del Nunca de conquistar Europa, mejor compañía no podría encontrar así que meto Berlín en la candidatura a primera Ciudad Europea que el Nunca va a conquistar, parece que la idea cuaja y sigue adelante. Se nos une Gustavo al evento, nos habría gustado que más gente se nos uniese, pero parece ser que en la primera experiencia internacional del Nunca la expedición va a ser reducida en número. En enero de 2011 ya teníamos concretados, dorsales, vuelos, apartamento... La aventura estaba arrancando, nuestro destino el Maratón de Berlín 2011

La Compañía de Berlín
La Compañía de Berlín estaba cerrada, por los irreductibles leoneses vendría Saturnino, siempre al paso, sus maratones le avalan como corredor. También vendría su particular ángel, pero en esta ocasión su generosidad (de ambos) la convertiría en el ángel de todos en 42.195 metros, Ángeles con tantos maratones a sus espaldas como Saturnino. Desde Alcobendas vendría Gustavo, en verdad es lo más parecido a un Elfo que tenemos en el Club, por eso de correr flotando por encima de la superficie, pero parecería una coña siquiera comentarlo... ¡pardiez lo he escrito! Y de Madrid vendría Abe, y qué os voy a contar de mí que casi no sepáis ya ¿no? Cuatro compañeros de viaje para llegar al Maratón de Berlín, cada uno tendría su papel, cada uno lo llevaría acabo, por cierto ¿alguno sabe inglés o alemán? ... ¡Vaya!, por una tontería como la del idioma no íbamos a pararnos ¿no?

¿Qué pasó desde el 17O al 23S?
No, no os preocupéis, no me voy a poner a escribir todo lo que he dejado de escribir entre esas fechas, ha sido mucho y no es plan de aburriros. Solo voy a hacer un resumen lo más conciso posible de las cosas que nos han llevado, y cómo nos han llevado a la víspera de salir hacía Berlín...
Lo primero, afrontar un maratón tan largo como éste, tiene sus riesgos, es tan largo por estar apuntado con ocho meses de antelación, la distancia es la misma. Ya lo comenté en su momento, no es difícil que alguna lesión te rompa el plan de entrenamientos, sobre todo si durante nueve meses no paras de correr carreras y entre medias llevas ya dos maratones, así que como bien sabéis llegaba con pocas semanas de entrenamiento y no todos los kilómetros necesarios en las piernas.
Otra incidencia, a pesar de apuntarnos en Enero fue tarde, me explico con un ejemplo, ¿pensáis en correr Berlín 2012? Sacaros ya el dorsal, los estarán vendiendo seguro y aún estaréis en el precio más barato. Según van llegando a ciertos números de dorsales vendidos el precio sube y no va en función de franjas de tiempo determinado. La web en el momento de nuestra inscripción venía en alemán, inglés y creo que japonés, eso me llevó a cometer un error. La inscripción a secas da derecho a correr y a la medalla que te ponen al cuello, si quieres camiseta la pagas por otro lado. Pues bien mi reducido Inglés y las prisas para que no nos subiera más el precio, me hizo pensar que la medalla se pagaba aparte... Resultado ocho euros más, pagados para algo que no quería, mi error se lo traspasé a Saturnino, con lo cual estoy en deuda con él...
Hace un par de meses mi juguetito dejó de funcionar, se lo pasé al Super y lo revivió. Para este Maratón me era muy necesario, quería llevar un ritmo determinado y constante para no reventar antes de tiempo. Lo que reventó fue el juguetito de nuevo a cuatro días de salir a Berlín... Super ya te lo pasaré por si hay alguna posibilidad de darle la vida de nuevo, a mí no me importa "me ha fallado cuando más le necesitaba, ya no le quiero"... Bueno si revive lo mismo le perdono...
Las prisas son siempre malas consejeras... Llevo un par de meses con mi compañera (de curro y Club) Mónica, haciendo el levantamiento de un Hotel en Madrid, nos tiene bastante ocupados. El viernes víspera del viaje pasamos por el estudio para que yo pudiera imprimir las tarjetas de embarque de los cuatro viajeros. Para hacerlo online hay que esperar a 23 horas antes del "vuelo". Bien salíamos a las seis y diez de la mañana del sábado de Barajas y teníamos escala intermedia en Frankfurt y salida de allí a Berlín a las doce menos veinticinco, el viernes a las ocho treinta de la mañana imprimía las tarjetas de embarque y salía pitando a seguir midiendo el Hotel...
Seguramente os habéis perdido entre horarios y demás zarandajas, yo también, lo resumo solo se podían sacar las tarjetas del primer vuelo y yo con las prisas pensé que tenía ya todo... Me sacaron del error Saturnino y Ángeles en Barajas esperando para embarcar hacía Frankfurt... Así que en la Terminal de Frankfurt me podíais haber visto corriendo a más velocidad que en el Maratón, buscando un puesto automático de check-in. Afortunadamente lo encontramos y sacamos las tarjetas de embarque... Eso sí con el inconveniente de ir cada uno en una punta del avión, en fin las prisas no son buenas... Se me olvida comentar un pequeño detalle, me dejé en Madrid los billetes electrónicos de Gustavo y del mua... Si no le pones un poco de picante a la vida se queda en na de na...

Concurso
Yo creo que para ser la primera parte está bastante bien de datos, no os sigo mareando, he pensado que para realizar la transición de una parte de la entrada a la siguiente, que mejor que un Concurso, ¿no?
Antes de que nadie se me ponga a la defensiva, sí, habrá premio y personalizado para el que lo gane... Una obviedad ganará el que antes ponga en un comentario la respuesta correcta... Todo gira en torno a esta foto, es el detalle de un edificio que se ve desde el Hotel que me tiene tan atareado últimamente y que en parte es culpable de no haber impreso todas las tarjetas de embarque de la ida, ¿de qué edificio se trata?
Sed buenos, hasta la segunda parte, un saludo.



miércoles, 21 de septiembre de 2011

Antes de Berlín, corremos por Madrid

En las dos semanas previas al Maratón de Berlín hemos corrido un par de carreras, la que ya nos contó Beatriz de La Melonera y el pasado sábado la del Movimiento por la Paz. Os voy a contar un poco cómo las he vivido y corrido por supuesto...


Carrera Popular La Melonera, XIV Trofeo Hipercor


El sábado día 10 corríamos La Melonera, un clásico de las carreras madrileñas que siempre se me había escapado, la mayor parte de las veces no quedaban dorsales cuando me acordaba de su existencia y otras las menos me pillaba sin haber empezado a entrenar. En esta ocasión unos amigos de Beatriz y Marcos se encargaron de pillarnos los dorsales, es una carrera en la que suelen participar todos los años, tendría que agradecerles el favor pero soy bastante malo para los nombres... Aunque podría acordarme de cómo se llama su Club, claro que también es un nombre y ya he dicho se me dan mal... Algo así como "los Putxeros", eso sí, van de rosa y seguro que si vuelvo a ver esas camisetas les recuerdo, de todos modos muchas gracias.
Sabía que alguno de los "caóticos" sería de la partida, tuve la gran suerte de ver a Josemi antes y después de la carrera y la fortuna de correrla con Commedia y con Yisus, no hay nada como correr acompañado y de charleta. De la organización y su carrera, solo se puede hablar bien, una carrera gratuita, con casi seis mil llegados a meta, con ropero, avituallamiento a los pies del Calderón, un recorrido por Madrid Río, bolsa del corredor y melón al finalizar en el Matadero... Vamos que ya podían tomar ejemplo más de una y más de dos, desde luego conmigo pueden contar para el próximo año, si estoy rápido con lo del dorsal...
De los amigos de Beatriz y Marcos, solo tengo una queja, tuvieron la desfachatez de "tentarles" para fichar por su Club, en favor de nuestros compañeros del Nunca he de decir que se mantuvieron firmes a pesar de las promesas culinarias posteriores a las carreras... 
De mis compañeros caóticos, solo agradecerles su compañía, Commedia estaba en capilla para la Madrid-Segovia, a la que iban otros cuantos caóticos incluido Javi, por cierto su aventura les ha salido de cine, enhorabuena campeones.
De mis compañeros del Nunca, Beatriz y Marcos, solo decir que me alegra que hayan empezado la temporada con ganas y buenos propósitos, ahora solo falta ir plasmándolos día a día, carrera a carrera, ¡vamos campeones!
De mi carrera, solo puedo deciros que tuve buenas sensaciones, fuimos tranquilos y disfrutando de correr, perfecto para el momento en el que me encontraba.


3ª Carrera Popular en Movimiento por la Paz


El pasado sábado afrontaba la última carrera antes del 25S. Pero lo que de verdad importaba es que mis sobrinos Lidia y David volvían a correrla, y que debutaba en su primera carrera Noira, así que teníamos una fiesta completa. En la carrera había representación del Nunca, aquí estamos antes de empezar el jaleo:

En este orden: Carlos 2, Ángel (un nuevo fichaje), el Churri y el Menda.

La organización de la carrera estuvo muy bien, un solo pero y no achacable a ellos fue el intenso calor que consiguió que la bebida del avituallamiento estuviera ardiendo, a estas alturas de septiembre disfrutamos de temperaturas de julio, gajes del calentamiento global a pesar de que la Concejala de Medio Ambiente de Madrid se empeñe en negar su existencia, "hay otras cosas que calientan más... una estufa por ejemplo" (declaraciones no efectuadas por la interfecta, pero que fácilmente podría firmar).
En cuanto a lo que viene siendo el correr, vamos mejorando sensaciones y estuvimos los cuatro en los mismos tiempos y sin perdernos de vista en ningún momento, aquí empezando la segunda vuelta:


Después de la carrera hubo un ágape como los de antes, no hay constancia gráfica porque no era plan de inmortalizar la ingesta cervecera, que siempre invita a terceros a decir cosas como: "claro luego querréis quitaros la barriguita bebiendo como cosacos..." y no estamos aún con suficientes entrenamientos para soportar a esas lenguas bífidas, en un par de meses aguantamos lo que sea... o casi...

Quedan tres días y unas cuantas horas para el Maratón de Berlín, hacÍa tierras alemanas partiremos el próximo sábado, Saturnino, Ángeles nuestra reportera oficial, Gustavo y el que suscribe, reconozco que ahora mismo los nervios se van haciendo fuertes, seguramente el viernes cuando ya estemos todos juntos para velar armas antes del viaje se irán difuminando para dejar paso a otras emociones, mientras tanto me he recortado las uñas de los dedos de las manos para no caer en lo fácil, la onicofagia... me temo que tendré que hacer lo mismo con las de los pies...
Un saludo.