martes, 4 de mayo de 2010

Roberto Álamo, Premio Max de Teatro

Hoy tendría que colgar otra entrada sobre una carrera del domingo, pero la actualidad manda y se le ha adelantado la que os traigo. Ayer se entregaban los premios Max de Teatro, los más importantes de los que se reparten al Teatro y sus gentes en nuestro país. Yo conozco a uno de los que hasta ayer eran candidatos y hoy ya premiado, Roberto Álamo, por su papel protagonista en Urtain, de Animalario.
Fuimos compañeros en los Salesianos de Atocha, en el siglo pasado, estudiamos delineación, él aparte de ser "más listo" tenía inquietud y talento artístico, es por ello que no acabó como el que suscribe haciendo líneas, en este siglo en el ordenador, en el pasado en vegetales llenos de raspaduras.
Yo que soy muy fácil en eso de alegrarme por los logros de mis amigos y conocidos, flotaba esta mañana en el metro cuando leía en el 20 minutos la concesión del premio. Ayer solo vi el momento en que Andrés Lima y Alberto Sanjuán recogían el premio a mejor Empresario de Artes Escénicas. Me quedé con las ganas de ver a Roberto recogiendo el suyo.
Pero nadie me quita felicitarle desde aquí, y he pensado que aparte de una foto de él caracterizado para la obra, que, mejor que transcribir parte de sus palabras al recoger el premio ayer, se lo dedicó a su familia tanto la española como la colombiana y a:
"Urtain y esa generación de seres humanos que no tuvieron tiempo de decir una vez más "te quiero"".
Ahí queda eso, yo particularmente espero tener tiempo para decir al menos una vez demás "te quiero".
¡¡Felicidades Roberto!!


2 comentarios:

SONIA dijo...

Tuve la oportunidad de ver la obra aquí en León y también me alegré cuando vi el tremendo éxito cosechado en los Premios Max. Sin duda una de las mejores obras que he visto.
Y no, no diré nada sobre el hecho de que la SGAE filtrara el nombre de los premiados horas antes de la ceremonia...

Un abrazo!!

Santi Palillo dijo...

Felicidades a tu compañero por el premio; desde luego la vida de Urtain fue como para llevarla al teatro, todavía recuerdo los montones de KO de aquellos años, me daban mucha pena aquellos hombretones a los que tumbaba de un puñetazo el tigre de Cestona a las primeras de cambio.

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