2ª Vuelta a la Casa de Campo

El domingo fuimos a correr a la Casa de Campo, en un principio íbamos a correr tres miembros del Nunca, mis compañeros Ángel y Saturnino, pero una lesión la semana anterior privó a Ángel de tener la oportunidad de correr con nosotros esa segunda edición de la Vuelta a la Casa de Campo. Aún así nos acompañó antes y después de la carrera. Eres un monstruo compañero.

No os tengo que contar que el fin de semana ha sido de nuevo lluvioso, ¡qué novedad! En fin como mínimo me esperaba barro y con un poco de suerte que no volviera a llover, lo del sábado ya fue suficiente, o no.

La salida era a las diez de la mañana así que quedamos a las nueve en la zona de entrega de chips, el primero en llegar Ángel que le estaba echando el ojo a unos espárragos... Es buen tío pero le da por cosas raras. Al poco llegó Saturnino y coincidimos con Risco, de paso le puse cara, creo que ya no te escapas la próxima vez. Tras un breve calentamiento nos pusimos a cola de pelotón y salimos cada cual a su ritmo, Risco y Saturnino por delante y yo a verlas venir...

La carrera

Acudí a la carrera con la intención de correr sin prisas pero sin pausas, para que vamos a negarlo no estamos para mucho más. Tenía una previsión de tiempo en torno a la hora y cuarenta minutos. Por cierto se me ha olvidado comentar que la "vuelta" tiene una distancia de dieciséis kilómetros y medio. Tampoco os he contado cómo es el perfil de la Casa de Campo, aunque creo que en alguna otra ocasión os he hablado de sus cuestas arriba, sus cuestas abajo, más cuestas arriba... El tipo de perfil que a mí me gusta, así no tienes demasiado tiempo para aburrirte.

Con estas premisas me animaba comprobar que mi ritmo se mantenía por debajo de los seis minutos el kilómetro en la mayor parte del recorrido. Había barro sí, pero no todo el que me esperaba y nos llovió, durante un rato no muy largo, yo diría que ni diez minutos.

He recuperado en la web unas fotos en las que salimos Saturnino y yo, cada uno por su lado por supuesto, en ellas se puede ver el grado de placer y disfrute que teníamos en ese momento. En descargo de Saturnino reconocer que correr con el gripazo que calzaba tiene un mérito bestial, en mi descargo... ¡Soy culpable señoría!

Aquí Saturnino:

Aquí yo:

Los datos de mi juguete dicen que fui a un ritmo medio de cinco minutos cuarenta y dos segundos, lo que no está nada mal con mi forma física actual. Recuerdo que al final de la carrera hay una cuesta al lado del Zoo que me dejó bastante fastidiado, aunque realmente lo peor fue un repecho justo antes de esa, me cortó el ritmo, además el barro ahí era más presente que en el resto del recorrido. Total una hora treinta y cinco minutos. Me dejó bien contento.

Al finalizar Ángel cumplió con su promesa y nos tomamos unas cervezas con Ángeles, el remate perfecto para un día de carrera, eso y alguna otra idea sobre futuras carreras...

Solo me queda despedirme, pero antes me dejaré llevar:

¡¡¡Aúpa Atleti!!!