jueves, 4 de diciembre de 2008

Fin de la escapada a Oporto

Sí, ya sé que regresamos el martes y eso son dos días, pero como lo único que hicimos el último día fue desayunar y salir pitando al aeropuerto, no merece la pena dedicarle una entrada entera.

El tercer día de nuestra estancia en Oporto amaneció nublado y con bastante más frío que el fin de semana, así que tuvimos que echar mano del abrigo que tan gustosamente habíamos dejado en el hotel los días anteriores. Nuestro plan era ir a visitar una de las bodegas del otro lado del río y hacia allí nos encaminamos. Cómo no, el primer paso fue descender nuestras ya queridas Escadas do Caminho Novo. Aquí también se hace presente el viaje al pasado del que os hablaba el otro día. Mirad las pilas de lavar la ropa en las puertas de cada casa.

Cruzamos el puente de D. Luis I por el nivel inferior. La vista del Casi da Riberia desde Vila Nova de Gaia es impresionante. ¿Qué os parece?

¿Veremos algún día el resultado de esta grabación?
Habíamos pensado en visitar la bodega Sandeman, por ninguna razón en especial, simplemente nos gustó el día anterior cuando pasamos por delante. Antes de llegar tuvimos que refugiarnos un rato bajo un toldo para librarnos de la que estaba cayendo, que era ésta que no sé si se apreciará bien en la foto.

En la susodicha bodega sólo había visitas guiadas en inglés, así que no nos quedó más remedio que practicar nuestros conocimientos de la lengua de Shakespeare. Lo más curioso es que de los seis que hicimos la visita, cuatro éramos españoles. Hicimos un recorrido por las bodegas, donde nos explicaron cómo se hace el famoso vino de Oporto y las diferencias entre las distintas variedades. ¿Por qué será que ésta es la única foto en la que Abe está sonriendo?

Al finalizar la visita hubo una pequeña cata y tomamos dos copitas de dos vinos distintos que nos gustaron bastante. Hubiéramos querido comprar alguna botella allí mismo, pero como no íbamos a facturar las maletas, no pudimos hacerlo. Ya sabéis, la normativa sobre seguridad en aviones. Pero bueno, no os penséis que nos volvimos a España de vacío, en el aeropuerto compramos las botellas de rigor, que fueron de maravilla con mi tarta de cumpleaños del lunes.
A pesar del mal tiempo, nos atrevimos, previa estancia de nuevo bajo el mismo toldo de antes, a subir hasta el mirador del Monasterio da Serra do Pilar, disfrutando de más cuestas y más escaleras que, aunque estábamos al otro lado del río, la cosa no cambia tanto. Pero bueno, las vistas sin duda merecieron el esfuerzo. Estaréis de acuerdo, ¿no?

Volvimos a Porto cruzando el puente por el nivel superior. Desde aquí se pueden ver tres de los otros puentes que cruzan el Douro. El de estructura metálica fue el que proyectó Eiffel y se llama Ponte Maria Pia.

Entonces nos fuimos a comer un plato del día en un restaurante cerca de la Avenida dos Aliados. Como ya habíamos visto lo que teníamos previsto y el tiempo no acompañaba mucho, decidimos tomarnos un pequeño descanso en el hotel. Nuestras piernecillas lo agradecieron, la verdad. Después de una merecida merienda (Portugal está lleno de pastelerías a cada paso y es imposible no caer en la tentación) y como ya no hacía frío, nos dispusimos a patear los pocos adoquines por los que aún no habíamos pasado.
Después de eso poco más, cena y a dormir.

En resumen, una gran escapada y un destino que os recomendamos sin lugar a dudas.

5 comentarios:

Mysteries. dijo...

Rlfox..., estaré ausente unos días,
sólo unos días,
hoy el resultado no ha sido el esperado,
y yo,
Bueno, que mas dá.

Le dejo para mientras mi ausencia, un fuerte abrazo.

Y sepa, que sepas, que siempre consigues una sonrisa.

Gracias.

Muá!.

rlfox dijo...

Te iba a decir algo sobre tu sonrisa y el vino, pero en fin hay noticias malas desde Mysteries.
Un saludo

Saturnino dijo...

Para la sección de peloteo que tanto gusta por estos lares "las tres narraciones fantásticas y de los dos narradores que voy a decir...si son mis amigos".
Por cierto Beatriz, sé de lo que se ríe Abe, que por cierto debió de ser el único que entendió el chiste del guía. Un beso.

Beatriz dijo...

Es que Satur, el guía era anglosajón y ya sabes tú qué fino es el humor británico, que sólo lo captan "los elegidos", je, je.
Besos.

Abe dijo...

Yo enseguida me dí cuenta, "este guía es de gales", y yo que he tenido contacto con algunos "galeses", les pillo ese humor socarrón rápidamente.
Un saludo.

Publicar un comentario

Los Blogs no son poca cosa sin tus comentarios...