El dolor.
El dolor es, desde luego, uno de los sentimientos más primitivos del ser humano.
Ver el dolor ajeno nos causa impresión, es fácil empatizar con la persona que siente dolor y casi sentirlo nosotros también.
Asimismo, es muy difícil cuantificar el dolor. Es complicado saber si el dolor que alguien siente es mayor o menor que el que nosotros podríamos sentir en esa misma situación. Cuando alguien dice “Este dolor es increíble”, ¿Cómo podremos saber hasta qué punto le duele? ¿Sabe esa persona que nos está hablando, qué es realmente el DOLOR? ¿Acaso ha sufrido tanto en la vida como para suponer que ese dolor de ese momento es el máximo que puede sentir? O, ¿Con qué derecho se esgrime el argumento de “tú no sabes lo que es el dolor”, o “Para dolor, el que yo sentí aquélla vez, cuando…”
Deberíamos de estar en el cuerpo de esa persona para saber realmente qué entiende por dolor, qué es lo que siente en ese momento… pero eso es imposible. Porque además se une al dolor físico el padecimiento psicológico, la preparación que cada uno tiene para aguantar o desesperarse… y eso condiciona la percepción final que el cerebro siente ante ese dolor. Ni la medicina es capaz todavía de cuantificar el dolor. Si alguien va al médico diciendo que “le duele mucho el corazón” por ejemplo, el médico le hará interminables pruebas, pero al final no podrá demostrar si al paciente le duele o no el corazón, ni cuánto es “mucho”.
Y, como el cuerpo humano es en el fondo química, estoy convencido de que la misma glándula que genera el sentimiento de dolor, es la que genera el sentimiento de amor…
Repito el texto desde el principio:
El amor.
El amor es, desde luego, uno de los sentimientos más primitivos del ser humano.
Ver el amor ajeno nos causa impresión, es fácil empatizar con la persona que siente amor y casi sentirlo nosotros también.
Asimismo, es muy difícil cuantificar el amor. Es complicado saber si el amor que alguien siente es mayor o menor que el que nosotros podríamos sentir en esa misma situación. Cuando alguien dice “Este amor es increíble”, ¿Cómo podremos saber hasta qué punto ama? ¿Sabe esa persona que nos está hablando, qué es realmente el AMOR? ¿Acaso ha querido tanto en la vida como para suponer que ese amor de ese momento es el máximo que puede sentir? O, ¿Con qué derecho se esgrime el argumento de “tú no sabes lo que es el amor”, o “Para amor, el que yo sentí aquélla vez, cuando…”
Deberíamos de estar en el cuerpo de esa persona para saber realmente qué entiende por amor, qué es lo que siente en ese momento… pero eso es imposible. Porque además se une al amor físico el padecimiento psicológico, la preparación que cada uno tiene para aguantar o desesperarse… y eso condiciona la percepción final que el cerebro siente ante ese amor. Ni la medicina es capaz todavía de cuantificar el amor. Si alguien va al médico diciendo que “el amor le presiona mucho el corazón” por ejemplo, el médico le hará interminables pruebas, pero al final no podrá demostrar si al paciente el amor le presiona o no el corazón, ni cuánto es “mucho”.
No os fiéis del todo cuando alguien dice que algo le duele mucho.
No os fiéis del todo cuando alguien dice que os quiere.
Porque, en el fondo, estaremos hablando casi seguro de la misma glándula. Y si crees demasiado en que alguien te quiere y luego no es tanto como creías (porque el amor no se puede medir), posiblemente tu glándula del dolor actuará en consecuencia…
…Porque el dolor, recordadlo bien, no se puede medir.
lunes, 24 de enero de 2011
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5 comentarios:
¡¡Mamonazo!! Y ahora ¿qué puedo decir? ¿qué me duele mucho o que me quiero mucho? Lo que sí puedo decir es que me dueles mucho porque te quiero mucho... ¡¡joderrr y ahora quién coño pega ojo!!
;D
Pequeña aclaración...
El amor al que me refiero no es solamente el de pareja, hacedlo extenso a cualquier relación...
P.D. En mi caso concreto, el amor de pareja va fenomenal, no os inquietéis... ;)
¡¡Cachís en la mar salá!! Y yo que había pensado llamar a Alioth para ofrecerle mi hombro... ;D
Superop, sencillamente me ha encantado. Ahora que estoy inmersa en preparar Mapoma, y que todo lo relaciono con esa carrera, este post no iba a ser menos, jeje. Amor y dolor. Así es.
Un abrazo!
¡¡¡BRILLANTE!!!
Nunca dejas de asombrarme...
Abe, a ver si es que le tienes un poco abandonao!
;0))
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