martes, 14 de abril de 2009

El butano y la carga genética.

Terminó la semana santa y volvemos a las tareas cotidianas, han sido cuatro días de descanso laboral pero de trabajo físico. He salido a correr tres de cuatro que no está nada mal. Todo este trabajo enfocado con la nueva idea de la planificación semanal que ya os contaré más detalladamente.
De mi infancia y adolescencia tengo buenos recuerdos en general. Viendo las cosas con la distancia que da la edad, hace mucho convine conmigo mismo que fui (soy) afortunado.

Me tocó en suerte vivir en un país en pleno crecimiento económico, con cambios políticos y sociales que lo iban a convertir en un país aún mejor y además nacer en una familia que por encima de sus defectos y virtudes me quería y no me negaba nada de lo necesario.
Éramos nueve de familia, mis padres Antonio y Carmen, mis seis hermanos Rafa (Rlfox), Virginia, Alberto, María y Esther, mi abuela Vicenta y durante muchos años nuestro perro Pinky. Por supuesto no nadábamos en la abundancia pero que queríamos ¡éramos toda una tropa!.
Hay historias vividas que recordamos de vez
en cuando y nos hacen reír, en mi casa el actual "gas natural" no había llegado, bueno en aquella época era "gas ciudad". El agua caliente dependía de un calentador con su bombona de butano, que daba servicio a la cocina y al cuarto de baño, sí un cuarto de baño para tres hermanas y el resto de la familia.
Para los que no hayáis disfrutado nunca del butano, la bombona se agota y hay que cambiarla y siempre ocurre en el momento más inoportuno.


Una de las costumbres más puntuales de mi padre era la ducha del sábado. Venía de trabajar al mediodía, sábado día de cobro. Cuándo llegaba solíamos estar comiendo el resto de la familia, menos mi madre que le esperaba.
El paseíllo del Señor Cuerda en ropa interior blanca, calcetines negros, chanclas y la muda limpia debajo del brazo era tan tradicional como el de una corrida en Las Ventas.
Otra tradición de esa ducha del sábado era el final súbito de la bombona de turno con mi padre debajo del agua... para los neófitos en las lides butaneras y gente con poca imaginación, del agua caliente a la fría en menos de un segundo. La impresión que eso causa en el cuerpo humano es de las peores con diferencia.
- ¡Chata el agua!
Y por supuesto las sonrisas de todos los hermanos, "siempre le pasa lo mismo".
La Chata cambiaba la bombona, encendía de nuevo el calentador y en ese proceso que podía durar dos o tres minutos el Señor Cuerda preguntaba por "Chata el agua" lo menos cinco veces. La Chata perdía la paciencia y le decía "que te esperes" en tono medio alto y los demás literalmente nos descojonábamos, bueno en aquella época aún no porqué no sabíamos que ese era el nombre técnico de partirse de risa.
Ya han pasado unos cuántos años de esos sábados, a casa de mis padres llegó el gas natural. Pero yo hace unos tres años que volví a los tiempos de "Cuéntame cómo pasó" y dependo de la bombona de butano.
Por supuesto la carga genética es importante, la bombona siempre se agota cuando estoy en la ducha... sin ir muy lejos el viernes después de once kilómetros con un frío de aúpa en mitad de esa ducha reconfortante en un segundo pasé del placer al dolor...
- ¡Chata el agua...!
En mi casa no había ninguna "Chata" en ese momento, me tocó salir a la terraza cuándo arreciaba una granizada a por la bombona...
El domingo con mis padres recordaba el pasaje del viernes y de muchos de los sábados de nuestra vida, no reímos.
Un saludo.

6 comentarios:

SONIA dijo...

Seré una pipiola, pero yo tb he vivido los tiempos de la dichosa bombona de butano y la gracia de quedarte sin agua caliente en el momento más inoportuno. Mis abuelos cambiaron la instalación en el pueblo el año pasado, por eso tengo bien reciente la cantinela de mi abuela de "Se está acabando la bombona!!". Dios... era como una ruleta rusa, a ver a quién le tocaba la papeleta!
Un saludo Abe!

Saturnino dijo...

Hoy he votado, la 1ª vez por error como te comenté, pero hoy a conciencia, genial entrada amigo.
A 5´ 20´´, no viene al caso, pero es para ir mentalizándome.
Un abrazo.

Abe dijo...

Sonia, por supuesto es obvio que eres una de las pipiolas que pululan por aquí, pero eso si con dos Medias Maratones una en EEUU y duchas con bombona de butano ¡TODA UNA SUPERVIVIENTE!
Parece mentira no sé como hay personas como tu abuela que son capaces de saber que se está terminando... tienen super-poderes ;D
Saturnino, me alegra que te gustara tanto la entrada como para votar con conocimiento. A 5'20" casi seguro que te acompaño algún km pero será en el cuarto final, estoy estudiando el recorrido ya te contaré. Cuídate que no te queda nada de nada.
Un saludo.

rlfox dijo...

Querido hermano:
Estas y otras intimidades no deberían contarse.
Quedan en el registro, en la memoria.
No deben ser difundidas.
La familia es un ente cuasi divino.
Cuanto ocurra en su seno, es secreto.
De lo contrario, es:

“Que la peña nos descuajaringamos”

Me acuerdo como si hubiese sido hace un rato.
Que putos recuerdos.
Que inocencia.
Se te olvido referir la tv en la puerta de la cocina y el viejo interrumpiendo y nosotros moviendo la cabeza para ver algo más.
Bueno tronco, has conseguido hacerme reír.
Un besazo.
Salud y República.

Franloksli dijo...

Me he imaginado la escena de tu padre en gallumbos por la casa y, como tú te pareces mucho a él, en seguida le he puesto tu cara y la escena ha sido muy desagradable... ja, ja, ja. Es broma, sex symbol.
Pero en otro orden de cosas te contesto a un comentario tuyo a una de mis entradas:
Ji, ji, Abelitor, ahora que lo dices tienes rsazón: si la verdad es que no me has felicitado en mi cumpleaños en tu puta vida... Como voy a esperar, ahora que te has hecho mayor, que te acuerdes de mi onomástica (creo que onomástica viene de masticar, por lo que se zampa en las dichosas celebraciones). En fin, que sabes que a ti nunca te la guardo, pero que te has perdido el convite, mamoncete.
El puente de mayo estoy de Rodríguez (Mar se va a Mauritania y Rodri con su padre) y estoy deseando tener algún plan. Si es contigo y tus secuaces, mejor que mejor. Espero noticias, tron.

Tecolinha dijo...

Bonito relato, huele a pan de leña y todo. Enhorabuena por haber vivido esos momentos y no olvidarlos.
Un saludo.

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